En su columna publicada recientemente en Reporte Índigo, el joven político neolonés Oliverio Tijerina hace una lectura crítica y optimista del primer año de la administración de la presidenta Claudia Sheinbaum. 

Bajo el título “Un año de Gobierno, una nación en movimiento: la gira de la presidenta Sheinbaum”, Tijerina expone las luces y los retos de lo que él percibe como una etapa de transición intensa para el país.

En su texto, Tijerina recuerda que la gira presidencial por diferentes estados del territorio nacional ha buscado “visibilizar proyectos, escuchar a la ciudadanía y conectar los discursos con la realidad regional”. Expone que  esa estrategia ha permitido “poner rostro humano” al gobierno y mostrar que no se trata sólo de grandes discursos desde la capital, sino de compromisos locales traducidos en obras.

Retos

No obstante, advierte que no todo ha sido éxito ni consenso. Señala que “la velocidad del cambio” puede generar resistencias políticas, administrativas y sociales. En su opinión, el gobierno debe enfrentar cuestionamientos sobre su capacidad para atender desigualdades profundas, así como la presión de grupos que esperaban resultados más inmediatos. Para Tijerina, la “expectativa ciudadana” hoy es alta, y ese es un riesgo latente para su reputación política.

Tijerina también esboza reflexiones hacia el futuro: considera necesario que el Ejecutivo consolide “mecanismos de evaluación y rendición de cuentas”, así como una apertura mayor al diálogo plural. A su juicio, la legitimidad política se fortalece no sólo con promesas cumplidas, sino con capacidad institucional para responder demandas crecientes.

Mirada crítica

La columna, que resume la mirada crítica pero esperanzada que Oliverio Tijerina tiene sobre este primer tramo del mandato de Sheinbaum, plantea una invitación a la ciudadanía y al propio gobierno para mantener la llamada “nación en movimiento”, pero sin perder el pulso de la realidad social.