Las redadas, no. Aunque calificó como “muy bien” la reunión con Landau, la presidenta Sheinbaum expresó su desacuerdo por la redadas promovidas por Trump para detener a migrantes.

“Hablamos de distintos temas: le mostramos los resultados en seguridad, temas de migración; hablamos de la defensa de nuestros hermanos migrantes, de que no estábamos de acuerdo que se utilizaran las redadas para detener a personas que trabajan honestamente en los Estados Unidos, que eso iba a dañar no solamente a las personas, sino a la propia economía de los Estados Unidos”.

Tales fueron los temas que abordaron la presidente Claudia Sheinbaum y el Secretario de Estado Christopher Landau, en la reunión que tuvieron en Palacio Nacional.

“Fue realmente una reunión de cortesía. Vino a presentarse en su nuevo encargo en el Departamento de Estado del gobierno del presidente Trump y —dicho por él— a buscar la mejor relación entre México y Estados Unidos. En realidad, fue una reunión de cortesía”, comentó al iniciar su conferencia de prensa en Palacio Nacional

Nuestros hermanos migrantes

En su conferencia de prensa en Palacio Nacional, Sheinbaum precisó que el encuentro fue de carácter “estrictamente cortesía”, con el objetivo, según Landau, de “buscar la mejor relación entre México y Estados Unidos”.

Durante la reunión, que tuvo lugar un día después de declaraciones polémicas por parte de la secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU., Kristi Noem, la mandataria mexicana abordó temas sensibles para la relación bilateral: seguridad, migración y la defensa de los derechos de los mexicanos en territorio estadounidense.

Postura firme

El encuentro con Landau se produce en un contexto de movilizaciones en varias ciudades estadounidenses contra las redadas migratorias, mismas que han derivado en detenciones masivas y en el despliegue de fuerzas de seguridad ordenado por Trump.

Sheinbaum reafirmó su respaldo a la comunidad migrante mexicana: “Defendemos a nuestros hermanos migrantes, personas trabajadoras que contribuyen tanto a Estados Unidos como a sus familias en México”.

Aunque breve y protocolaria, la reunión permitió a México fijar una postura firme y clara: buena voluntad en el diálogo, pero sin renunciar a la defensa de los derechos humanos y la dignidad de sus connacionales.