Durante los gobiernos de la Cuarta Transformación, México registró un avance significativo en movilidad social. De acuerdo con datos del Banco Mundial, la clase media creció 12.4%, mientras que la pobreza se redujo en 13.6%, un cambio relevante en la estructura económica y social del país.

Un modelo de desarrollo con enfoque social

Estos resultados se vinculan con un nuevo modelo de desarrollo centrado en el fortalecimiento del ingreso familiar y la ampliación de derechos sociales. El aumento sostenido del salario mínimo, la recuperación del poder adquisitivo y la expansión de programas sociales permitieron que millones de personas mejoraran sus condiciones de vida.

Prioridad al mercado interno y al empleo

A diferencia de etapas anteriores, la política económica reciente priorizó:

• el mercado interno,
• el empleo formal,
• y la redistribución del ingreso.

Estas decisiones contribuyeron a que más personas superaran la línea de pobreza y se incorporaran a los sectores medios de la economía.

Universalización de derechos y reducción de desigualdades

La estrategia social se apoyó en la universalización de derechos, como el acceso a:

• pensiones,
• becas,
• atención médica,
• apoyos directos sin intermediarios.

Este enfoque ayudó a reducir desigualdades históricas y a brindar mayor estabilidad a los hogares con menores ingresos.

Crecimiento con justicia social

Los datos del Banco Mundial confirman que el crecimiento económico puede traducirse en bienestar cuando existe una política pública orientada a la justicia social. En este contexto, los resultados reflejan la aplicación del principio que ha guiado a la Cuarta Transformación:

“Por el bien de todos, primero los pobres”.

Impacto en la vida cotidiana

La reducción de la pobreza y el fortalecimiento de la clase media no son solo cifras positivas. Representan una mejora tangible en la vida cotidiana de millones de mexicanas y mexicanos y consolidan un modelo de desarrollo con inclusión y equidad.