
La gran comilona de los 300
septiembre 9, 2025Muchos periodistas poco periodismo

En Veracruz, Fidel Herrera tituló a todo aquel que tenía un espacio en los medios, hasta la que escribía los horóscopos se convirtió en periodista. Las empresas periodísticas en Veracruz fueron un negocio redondo, no había necesidad de inversión, los empresarios no invertían, simplemente acordaban con el gobierno, nadie ponía de sus bolsillos ni un peso, sólo el erario.
Postigo : Por José García Sánchez
Las empresas periodísticas en Veracruz fueron un negocio redondo, no había necesidad de inversión, los empresarios no invertían simplemente acordaban con el gobierno, nadie ponía de sus bolsillos ni un peso, sólo el erario.
Se solicitaba un crédito para la maquinaria y equipo de oficina que se iba pagando sólo con el subsidio del gobierno, que mantenía la actividad periodística en el estado a través de convenios de publicidad.
El gobierno también se hacía cargo de los salarios, y hasta de los regalos navideños para los empleados de los medios.
Negocios sin riesgo
No había riesgos y tenían al mejor socio que podían conseguir: el gobierno estatal, que podría convertirse en un puente para sangrar también al gobierno federal. Lo único que se necesitaba era conseguir el crédito y estar listos para extorsionar.
Por la capacitación tampoco debían preocuparse los empresarios de los medios, cuando fue gobernador Fidel Herrera tituló a todo aquel que tenía un espacio en los medios, hasta la que escribía los horóscopos se convirtió en periodista.
La legitimidad no los llevó al profesionalismo sino a la extorsión y el chantaje, ahí está el ejemplo de la guerra sucia y la manipulación de la realidad de la entidad desde los medios.
Es decir, el dinero público subsidiaba a la iniciativa privada a cambio de alabanzas y ovaciones.
Historia siniestra
La historia es siniestra y tiene ocultos muchos de los más graves problemas que todavía padece la entidad y que se originaron por la improvisación e irresponsabilidad del gremio periodístico.
Ahora que no hay subsidio gubernamental, son capaces de matar antes que trabajar. Pero los excesos fueron convirtiéndose en un suicidio y la guerra sucia contra la actual gobernadora fue el tiro en la sien de estos medios
Luego de la visita de la Presidenta a Veracruz, la evidente acogida de la gente para ambas, pudo advertir, de nuevo, que los medios en la entidad no influyen en la población. Políticamente no existen.
En eso llegó la Transformación
Desde que la gobernadora Rocío Nahle García tomó posesión, los mismos que dieron rienda suelta a la guerra sucia en su contra, ahora exigen convenios de publicidad bajo presión.
La saña en tiempos de campaña contra la entonces candidata, sólo tuvo comparación con la del priista Pepe Yunes, quien, exaltaba el ímpetu agresivo, propio de un desesperado perdedor.
A pesar de que no había discurso o declaración, entrevista o mitin, donde no se le llamara a la gobernadora La Zacatecana, los veracruzanos votaron por ella en una aplastante mayoría.
La guerra sucia debió afectar, probablemente. un 5 por ciento el voto de los frágiles partidarios de Morena, que decidieron ingenuamente. hacer caso a las especulaciones. De tal suerte que sin la influencia de la guerra sucia que sigue impune, la diferencia entre la ganadora y su más cercano competidor superaría los 30 puntos. El consenso electoral habla por sí mismo y crea una hegemonía sólida a 10 meses de gobierno
En la difusión de la guerra sucia estuvieron de acuerdo tanto medios como columnistas, reporteros y hasta fotógrafos.
Los empresarios también asistían al pase de charola de la campaña de Yunes, para ellos era una inversión, había promesas de obras sin licitación, privilegios y preferencias en todo lo que Yunes les prometía, por debajo de la mesa.
Una de las reuniones de cooperación se realizó en Álamo Temapache, precisamente donde asesinaron a la maestra Irma Hernández, luego de enviar un mensaje en video, a sus compañeros taxistas para que pagaran derecho de piso.
Nahle blanco de guerra sucia
Los empresarios y los medios quieren revivir la guerra sucia contra Rocío Nahle, ahora ya no para hacerla perder elecciones sino para que otorgue convenios de publicidad y facilidades para empresarios acostumbrados a violar la ley.
Podríamos decir que Veracruz podría ser declarado el primer estado donde no son necesarios los periodistas por el simple hecho de no estar subsidiados por el gobierno estatal del que han vivido toda su vida.
La consigna pareciera ser que si no tienen convenios con el gobierno no existen, pero en la vida real tampoco son necesarios, la inutilidad de sus recomendaciones políticas, su inestabilidad informativa, su falta de profesionalismo, durante la campaña lo demuestran.
Esto no puede interpretarse como un ataque a la libertad de expresión, sino como reacción a una primera violación a dicha libertad que fue la difusión de la guerra sucia, cuyo contenido, muchos de los comunicadores que le dieron espacios sabían que era mentira.
Las presiones que ahora ejercen para seguir con la vieja práctica de pagar para hablar bien del gobierno, son tan agresivas como la misma guerra sucia. La ventaja de los veracruzanos es que saben las causas de las injurias que los medios quieren convertir en hechos consumados.
Dudosa reputación
La credibilidad de los medios veracruzanos es la más baja del país, de ahí la desesperación por recrear la guerra sucia contra toda autoridad estatal, utilizando su mejor arma con balas de salva: la mentira.