Ernesto Zedillo fue el operador del Fobaproa para absorber deudas privadas de los bancos y cargó la deuda a generaciones de contribuyentes
Ernesto Zedillo fue el último presidente priísta y operador del Fobaproa para absorber deudas privadas de los bancos, convirtiéndolas en deuda pública. Hoy, gracias a un ejercicio de transparencia, el gobierno encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum, exhibió al ex presidente Zedillo quien endeudó al país y cargó la deuda a generaciones de contribuyentes.
A casi tres décadas del rescate bancario que marcó a una generación de mexicanos, el gobierno de la Cuarta Transformación (4T) volvió a colocar en el centro del debate público las decisiones tomadas durante la crisis financiera de 1994 generada por Ernesto Zedillo.
La presidenta Claudia Sheinbaum recibió simbólicamente el expediente encriptado que, en su momento, el gobierno del expresidente Ernesto Zedillo entregó al Congreso para justificar el uso del Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa), mediante el cual se convirtieron deudas privadas en deuda pública.
El acto, encabezado también por el titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, Pablo Gómez, sirvió como plataforma para denunciar la opacidad y el carácter regresivo de aquella medida, calificada por la presidenta Claudia Sheinbaum como parte de “la larga noche neoliberal” que agravó la pobreza y la desigualdad en México.
La mandataria retomó este episodio histórico para criticar una de las decisiones más controvertidas del periodo neoliberal: el rescate bancario de 1994.
Consideró que el gobierno de Zedillo optó por una salida que favoreció a los grandes capitales y dejó en el abandono a la mayoría de los mexicanos.
“Fue una mala decisión”, sentenció Sheinbaum, al calificar ese sexenio como “terrible” y como parte de “la larga noche neoliberal que causó tanto dolor a millones de mexicanos”.
El Fobaproa se implementó como respuesta a la crisis financiera de mediados de los años noventa, con el objetivo declarado de estabilizar el sistema bancario. Sin embargo, el mecanismo permitió que deudas privadas de bancos y empresas fueran asumidas por el erario público.
Según Sheinbaum, esta decisión se tomó de manera discrecional y sin transparencia, afectando gravemente a la economía de miles de familias que no fueron objeto de rescate alguno.
“Mucha gente perdió sus hogares, sus negocios. Algunos llegaron incluso al suicidio, por lo impagable de sus deudas. Mientras tanto, los grandes bancos vieron desaparecer sus obligaciones de la noche a la mañana”, afirmó.
Zedillo miente feo: Pablo Gómez exhibe cómo se encriptó el archivo del Fobaproa para esconder el rescate a los bancos
— LA OCTAVA (@laoctavadigital) May 1, 2025
“Dice Zedillo que se auditó el Fobaproa y se entregaron los resultados. Miente”, refirió el titular de UIF; expuso cómo se encriptó en un disco la información. pic.twitter.com/UnaSYxqs5e
Pablo Gómez, quien en ese entonces coordinaba a los legisladores de la izquierda, recordó que el gobierno de Zedillo se negó sistemáticamente a dar a conocer la información sobre los montos y condiciones de estos rescates.
Explicó que la única entrega de información consistió en un informe encriptado contenido en cinco discos, uno para cada fracción parlamentaria, dificultando deliberadamente cualquier ejercicio de rendición de cuentas. “Zedillo miente feo”, acusó Pablo Gómez al contradecir la versión del exmandatario sobre una supuesta auditoría entregada al Congreso.
La presidenta lamentó que el neoliberalismo se haya instaurado con base en decisiones como esta, cargadas de opacidad y beneficios selectivos. Cuestionó que personajes como el propio Zedillo, quien fue responsable de remover a toda la Suprema Corte y nombrar a sus integrantes, critique ahora la propuesta de que el pueblo elija al Poder Judicial. “¿Cómo es posible que quien tomó esas decisiones ahora diga que es autoritario que el pueblo elija a jueces y ministros? ¿Eso no es más bien democracia?”, preguntó.
Finalmente, al ser interrogada sobre una posible sanción penal para Zedillo, Sheinbaum aclaró que el enfoque actual no es punitivo, sino de esclarecimiento histórico y juicio ciudadano. “Lo importante es que el pueblo conozca lo que pasó y juzgue”, concluyó.