Hace 53 años la Ciudad de México fue testigo de una de las represiones más brutales del Estado contra estudiantes: el Halconazo
Hace 53 años, un 10 de junio de 1971, la Ciudad de México fue testigo de una de las represiones más brutales contra estudiantes en la historia del país. Conocido como el “Halconazo” o “Jueves de Corpus”, este evento marcó un punto oscuro en la lucha por los derechos democráticos y la libertad de expresión en México.
Aquel día, estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Instituto Politécnico Nacional (IPN) se congregaron en el Casco de Santo Tomás para marchar hacia el Zócalo capitalino en apoyo a la huelga de la Universidad de Nuevo León, que defendía la autonomía universitaria. Sin embargo, la manifestación fue interrumpida de manera violenta a la altura del metro Normal por un grupo paramilitar conocido como “los Halcones”.
Bajo la dirección del coronel Manuel Díaz Escobar y con el respaldo del Estado, “los Halcones” abrieron fuego contra los manifestantes. Este grupo, compuesto por jóvenes reclutados de barrios marginados y entrenados por elementos del ejército y la policía, atacó sin piedad, dejando un saldo de decenas de muertos y cientos de heridos. La brutalidad de los ataques, que incluyeron balas calibre 45 y carabinas M-2, demostró la voluntad del gobierno de silenciar cualquier forma de disidencia.
El “Halconazo” no fue un hecho aislado, sino parte de una estrategia sistemática de represión del Estado que buscaba desmantelar movimientos sociales y estudiantiles.
El Halconazo ocurrió durante la década de los setenta. Una época en que México vivió bajo un régimen autoritario que no dudó en usar la fuerza para mantener el control político, socavando las libertades de expresión, reunión y protesta.
A pesar del paso del tiempo, la memoria de este acontecimiento sigue viva. La lucha de aquellos estudiantes por la justicia y la libertad se ha convertido en un símbolo de resistencia y dignidad.
Hoy, en un contexto político distinto, se promueve la garantía de las libertades democráticas y se rechaza el uso de la fuerza estatal para reprimir al pueblo.
La conmemoración del “Halconazo” nos recuerda la importancia de mantener la memoria histórica para construir un futuro donde la justicia y la libertad prevalezcan sobre la violencia y la represión.