AMLO dio la última de sus conferencias mañaneras. Un “diálogo circular de auténtica comunicación. Agradeció a los medios, rifó su reloj y se tomó fotos con los asistentes a la última fiesta con AMLO en Palacio.
“Bueno, pues agradecerles mucho por participar en estas conferencias mañaneras durante casi seis años. Este diálogo circular que hoy concluye. Me da muchísimo gusto que continúe este ejercicio de auténtica comunicación, de mensajes de ida y vuelta, como lo ofreció la presidenta electa, Claudia Sheinbaum”, resaltó al inicio de su intervención.
En un emotivo y simbólico cierre, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ofreció este lunes su última conferencia mañanera, poniendo fin a un ciclo de casi seis años en los que mantuvo un “diálogo circular” con los medios de comunicación y, sobre todo, con el pueblo de México.
El Salón Tesorería de Palacio Nacional fue testigo de un evento que mezcló información oficial, despedida y fiesta, marcando el final de una era en la que el mandatario utilizó este espacio para comunicar directamente sus mensajes al país.
“Bueno, pues les agradeceré mucho por participar en estas conferencias mañaneras durante casi seis años. Este diálogo circular que hoy concluye. Me da muchísimo gusto que continúe este ejercicio de auténtica comunicación, de mensajes de ida y vuelta, como lo ofreció la presidenta electa, Claudia Sheinbaum”, dijo al inicio de su intervención, reconociendo el papel de los medios en este ejercicio de comunicación inédito en la historia reciente de México.
El Salón Tesorería, que durante décadas fue un espacio solemne para los gobiernos anteriores, se transformó en un lugar donde, desde el 1 de diciembre de 2018, López Obrador rompió las barreras entre el poder y los ciudadanos, utilizando las transmisiones diarias a través de redes sociales y los canales oficiales del gobierno para hablar de manera directa con la población.
El presidente no dejó pasar la oportunidad de agradecer el apoyo que recibieron de muchos mexicanos durante su administración.
“No puedo dejar de decir que me voy muy satisfecho por el cariño de muchos mexicanos, mujeres, hombres, cosa que agradezco de todo corazón. Me dediqué a servir al pueblo”, afirmó visiblemente emocionada.
A lo largo de 1,438 conferencias matutinas, López Obrador destacó su compromiso con los sectores más vulnerables de la sociedad. “Me siento muy orgulloso, muy contento, que atendimos a todos, escuchamos a todos, respetamos a todos, pero le dimos preferencia a los más necesitados. Llevamos a la práctica nuestro principio de que, por el bien de todos, primero los pobres” , subrayó, destacando los logros de su administración, especialmente en la reducción de la pobreza y la desigualdad, a pesar de los retos impositivos por la pandemia de COVID-19.
“Logramos —y ese es otro timbre de orgullo— reducir la pobreza y la desigualdad en nuestro país, a pesar de la pandemia que tanto dolor nos provocó y nos tumbó la economía como no sucedió en más de un siglo”, agregó.
En medio de su discurso de despedida, el presidente no dejó de referirse a su sucesora, Claudia Sheinbaum, a quien describió como una mujer respetuosa y humanista. “Me voy muy contento también porque voy a entregar mañana la banda presidencial a una mujer excepcional, a una humanista, a una mujer llena de amor, de humildad, de buenos sentimientos”, destacó, augurando un buen futuro para México bajo su liderazgo.
La última conferencia no estuvo exenta de toques festivos. En un ambiente distendido, el presidente rifó su icónico reloj de pulsera, fiel acompañante de casi todas sus mañaneras, tal como lo había prometido en días anteriores. La rifa fue seguida de un convivio en los patios del Palacio Nacional, donde periodistas y asistentes disfrutaron de antojitos mexicanos en un ambiente de camaradería. El grupo musical que acompañó el evento, con jarana veracruzana y bailadores, aportó un toque alegre y tradicional a la despedida.
Fotos, firma de libros y la calidez de los asistentes marcaron el fin de una era en la vida pública de México. Con una aceptación del 70% de los mexicanos, López Obrador cierra su mandato dejando tras de sí una estrategia de comunicación directa y un legado que, según sus palabras, se seguirá viendo reflejado en el ejercicio de su sucesora.
Así, el adiós a las mañaneras fue más que un simple cierre de ciclo, fue una fiesta de despedida, un adiós cargado de simbolismo y un tributo a la forma en que AMLO cambió la relación entre el poder y el pueblo.