El 1 de septiembre será un día histórico: la primera presidenta de México presenta su Informe y el Poder Judicial se renueva por voto popular
El 1 de septiembre será recordado como un día doblemente histórico: la primera presidenta de México presenta su Informe y el Poder Judicial se renueva por voto popular.
El calendario político rara vez concede jornadas con tal densidad simbólica como la que vivirá México este 1 de septiembre. No se trata solo de la fecha marcada por la Constitución para el Informe presidencial, sino del encuentro de dos hechos inéditos que redefinen la vida pública del país: el primer informe de la primera mujer presidenta de México y la instalación de una Suprema Corte de Justicia de la Nación renovada a través del voto popular.
Hoy, 82 por ciento de las familias mexicanas reciben presupuesto directo a través de los Programas para el Bienestar. Somos un gobierno para el pueblo. La transformación avanza. pic.twitter.com/LvEIgMnlig
— Claudia Sheinbaum Pardo (@Claudiashein) August 25, 2025
Claudia Sheinbaum, recién estrenada en la máxima responsabilidad del Estado, habló en Palacio Nacional del carácter histórico de la jornada. “Por la mañana será nuestro informe; por la tarde, la instalación de la nueva Corte. Me da gusto que sea un día histórico”, comentó. La presidenta sabe que la coincidencia va más allá de la agenda: representa un cruce de caminos entre la tradición republicana y la transformación democrática en curso.
Por un lado, el Informe de Gobierno conserva el ritual constitucional: el documento se entregará al Congreso por conducto de la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez. La presidenta, en cambio, se reservará para ofrecer su propio informe ciudadano, con un estilo directo y cercano que ya ha comenzado a perfilar. Es una señal de que el discurso oficial no solo se dirigirá a los legisladores, sino, sobre todo, al pueblo que la eligió.
Por el otro, el Poder Judicial vive una sacudida inédita: sus integrantes, elegidos por voto democrático, rinden protesta bajo un proyecto de transformación judicial que promete austeridad, cercanía con la sociedad y un cambio en la relación entre poderes. No es menor que esto ocurra el mismo día que la presidenta rinda cuentas: ambos actos marcan una ruptura con inercias históricas y un mensaje de renovación institucional.
Así, el 1 de septiembre no será una simple jornada administrativa, sino un hito doble: la voz de la primera presidenta y el arranque de una Corte surgida de las urnas. Dos símbolos que, juntos, buscan trazar un nuevo mapa político en el que los poderes del Estado converjan bajo el signo de la democracia y la paridad histórica.