Sin vocación de cabildeo, en Morena pelearon la incorporación de un ser despreciable comoYunes Márquez, para evitarse el convencimiento
El cabildeo era una práctica de los viejos políticos que en México poco realce ha tenido y pocos expertos en esa práctica, aunque los hay y muy buenos. Sin vocación de cabildeo, en Morena pelearon la incorporación de un ser despreciable a su bancada como Miguel Ángel Yunes Márquez, para evitarse la ardua tarea del convencimiento. Pero prefirieron al más dañino para Veracruz y el más malo para Morena, interpretado, además, como una provocación a la gobernadora.
Por José García Sánchez
El cabildeo era una práctica de los viejos políticos que en México poco realce ha tenido y pocos expertos en esa práctica, aunque los hay y muy buenos. Negociar hasta el último minuto previo a la votación, templa a los políticos, en un ejercicio de debate en corto, que no deja de ser discusión parlamentaria no demerita conocimientos sino una reafirmación de los ideales. Así, utilizando el argumento exacto que mueva la sensibilidad política y social para convencer y ganar un voto a favor.
Esa práctica pueden desdeñarla mientras haya una oposición frágil y un voto mayoritario, pero no olvidarla. Esta capacidad, propia de todo político que se digne de serlo, quieren anularla algunos morenistas, peleando la incorporación de un ser despreciable a su bancada como Miguel Ángel Yunes Márquez, para evitarse la ardua tarea del convencimiento, para votar a favor de la reforma al Poder Judicial, frente a una oposición que es más frágil que nunca, cuyos miembros en cualquier momento pueden saltar a Morena desde su curul.
La flojera de trabajar en este tipo de conversaciones, cuando tienen frente a sí intereses personales más lucrativos, les parece perder el tiempo y qué mejor que tener resuelta la votación por una mayoría absoluta que ganada a pulso y con el apoyo y mandato del pueblo les ahorra el trabajo del predebate y la confrontación de ideas.
Es verdad, la oposición actual es cerrada y fanática, pero esto sólo hace más compleja la tarea pero no la excluye de la tarea de los coordinadores parlamentarios de Morena.
Uno de los factores políticos de la izquierda radica en la posibilidad de mostrar y convencer el camino que debe seguirse para lograr un país mejor, pero no sólo teniendo como interlocutor al pueblo sino a los adversarios, más aún dentro del propio Congreso, pero algunos senadores en Morena quieren todo fácil y prefirieron adoptar un delincuente que entrar a negociaciones concretas.
Es cierto que la actual oposición, dentro y fuera del Congreso desconoce el ejercicio político, pero esto también es parte de la capacidad de quienes deben saber negociar y volverse expertos en estas lides.
La mayoría calificada quita un peso de encima a los coordinadores parlamentarios del partido en el poder, no se preocupan por una parte esencial de su responsabilidad. Pero esto tampoco puede ocultar que, para sumar un panista a Morena escogieron al personaje que más daño había hecho durante su campaña a su compañera Rocío Nahle, quien ya había soportado la guerra sucia orquestada por el padre del junior adoptado.
Había un plan B, con un senador de Movimiento Ciudadano. Pero prefirieron al más dañino para Veracruz y el más malo para Morena, interpretado, además, como una provocación a la gobernadora.
📰 La Comisión Nacional de Honestidad y Justicia (CNHJ) de #Morena informa:
— CNHJ MORENA (@CNHJ_Morena) February 22, 2025
➡️ Sobre la solicitud de afiliación del C. Miguel Ángel Yunes Márquez a nuestro Partido-Movimiento
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