Este 29 de noviembre, el cantor, poeta y trovador Silvio Rodríguez celebra su 78 aniversario, un día que nos invita no solo a felicitarlo, sino también a agradecerle por la profundidad de su obra, esa que ha llenado de alma y conciencia a varias generaciones. Desde La Habana, su ciudad natal, hasta los rincones más alejados del mundo, Silvio ha llevado con su música una poesía que desafía el tiempo y las fronteras.
Nacido en 1946 en San Antonio de los Baños, Cuba, Silvio Rodríguez es uno de los fundadores de la Nueva Trova Cubana, un movimiento musical que, junto a figuras como Pablo Milanés y Noel Nicola, renovó la tradición de la trova con un enfoque profundamente social y poético. Inspirado por los ideales de la Revolución Cubana y por una sensibilidad lírica inconfundible, Silvio creó un universo musical donde conviven lo cotidiano, lo político y lo mágico.
Entre sus composiciones más emblemáticas se encuentran “Ojalá”, un canto de esperanza y melancolía; “Unicornio”. Temas interpretados como una oda a lo perdido y lo irrecuperable; y “Te doy una canción”, una obra que, en su sencillez, se ha convertido en un himno universal al amor y a la resistencia.
Su discografía, rica y variada, incluye obras maestras como “Días y flores” (1975), “Al final de este viaje” (1978) y “Causas y azares” (1986), que han cimentado su lugar como uno de los cantautores más influyentes de habla hispana. Sus canciones no solo han acompañado momentos históricos y personales, sino que también han construido puentes emocionales entre culturas.
Desde México, un país que Silvio ha considerado su segunda patria, se le celebra como un artista cercano, alguien que, con su guitarra y su voz, ha acompañado las luchas y los amores de millones. Porque Silvio, como en su canción, “de madrugada y a cualquier hora” sigue siendo un referente para quienes buscan en la música un refugio, una pregunta y, a veces, una respuesta.
Hoy, más que una felicitación, el cumpleaños de Silvio es una oportunidad para decirle: gracias. Gracias por la música, por la poesía y por enseñarnos que, a pesar de todo, siempre podemos soñar, cantar y resistir.
Felicidades, Silvio. Te damos una canción.