En el portazo a Palacio Nacional perpetrado la víspera por normalistas de Ayotzinapa, en protesta por la falta de atención del presidente de la República. Y comparó los hechos con las prácticas de la vieja política. En particular dijo que en la acometida contra el recinto “hubo mano negra”. Ademása, ún está por verse si realmente la provocación fue por gente de Ayotzinapa.
En su conferencia mañanera, López Obrador expresó su preocupación por la situación, sugiriendo que detrás de los disturbios podría haber una “mano negra” vinculada a intereses opuestos a su administración y a la transformación que representa.
La comparación con prácticas políticas del pasado, particularmente asociadas al Partido Revolucionario Institucional (PRI), no pasó desapercibida, alimentando la polémica en un contexto ya tenso.
López Obrador lamentó la radicalización de las protestas, calificándolas como provocaciones vulgares promovidas por elementos externos.
“Si los estudiantes fueron los que realizaron estas acciones, les digo que eso no es revolucionario, eso es contrarrevolucionario, es actuar como contras a favor de los conservadores quienes siempre han exprimido, explotado y robado al pueblo, no se dejen manipular”, pidió.
Su llamado a la calma y al diálogo con los padres y madres de los normalistas desaparecidos en Ayotzinapa busca contrarrestar la escalada de tensión.
“Quiero hablar con ellos, quiero que me escuchen y que yo les informe cómo va la investigación, no pueden ser rehenes de abogados que no actúan con rectitud ni buscan la justicia”, advirtió López Obrador.
Sin embargo, no dejó de señalar la presencia de provocadores que intentan desviar el legítimo reclamo de justicia de las familias afectadas.
En cuanto a las acusaciones de encubrimiento por parte de los manifestantes, el presidente López Obrador reiteró su compromiso con la investigación y el esclarecimiento de los hechos de Ayotzinapa. Aseguró que su gobierno no tiene intención de ocultar información y está comprometido con la justicia y la verdad.