El militar retirado del ejército de Chile, Hernán Chacón Soto, condenado por el asesinato del músico y escritor Víctor Jara, se suicidó.
Lo encontraron muerto en su residencia de Las Condes, en Santiago, momentos antes de detenerlo para su trasladado al Penal de Punta Peuco para cumplir una condena de 25 años.
Chacón Soto es uno de los siete agentes que el lunes pasado recibieron la condena por la Corte Suprema por su participación en la tortura y asesinato del Víctor Jara en 1973.
Según informó la prensa local, unidades de la sección de derechos humanos de las Fuerzas de Seguridad de Chile arribaron la mañana del martes 29 de agosto de 2023, a la residencia de Chacón Soto para ejecutar la detención. Pero, el ex oficial de 86 años solicitó tomar medicamentos y aprovechó la oportunidad para pegarse un tiro.
A lo largo del largo proceso judicial, la defensa de Chacón Soto sostuvo que él era simplemente un mayor del ejército durante los días de brutal represión que siguieron al golpe de estado liderado por Augusto Pinochet y otros altos funcionarios.
Afirmaron que era el responsable de custodiar el exterior del Estadio Chile, un estadio deportivo donde estuvieron retenidos alrededor de 5.000 detenidos desde el 11 de septiembre de 1973 en adelante, y donde asesinó a Jara cinco días después.
Sin embargo, la sentencia anunciada el lunes contradice esta defensa. El tribunal dictaminó que Chacón Soto poseía conocimientos tácticos y de inteligencia, lo que le permitía participar directamente en los procesos de interrogatorio realizados en los vestuarios del estadio. También participó en el proceso de clasificación previa de los detenidos.
El tribunal argumentó que Chacón Soto era parte del proceso de toma de decisiones sobre qué detenidos serían interrogados y eventualmente determinarían su suerte.
El tribunal afirmó que existía evidencia clara de una rígida estructura de mando dentro del Estadio Chile y que numerosos testimonios confirmaron su participación en el proceso de selección, denunciando estas acciones a sus superiores. Por lo tanto, sus afirmaciones de proteger únicamente el exterior de las instalaciones no se consideraron creíbles ni plausibles.
“El hecho de que en ese momento estuviera armado con una pistola STEYR calibre 9 mm concuerda plenamente con la descripción técnica de las lesiones que, según evidencia forense, provocaron la muerte de Jara Martínez”, concluyó el veredicto.
El suicidio de Chacón Soto marca un acontecimiento sombrío en un caso de larga data que ha buscado hacer justicia a las víctimas de abusos contra los derechos humanos durante el período de la dictadura chilena. El incidente subraya la naturaleza compleja y dolorosa de tener en cuenta las atrocidades históricas.