“México no puede ser país de minorías, no puede ser país de privilegios para unos cuantos”, porque México es de todos, afirmó el presidente Andrés Manuel López Obrador al aludir pasajes de la Revolución.

Un movimiento que ayudó al avance del país, no sin su cuota de sangre y dolor. 

En los primeros tres días, luego de su confinamiento tras contagiarse de Covid-19, el mandatario ha puesto en el podio de Palacio páginas de la historia, no solo por la coincidencia de fechas, sino por ser parte de su pedagogía política.

En la conmemoración de la Marcha de la Lealtad, el Presidente López Obrador, enalteció la figura de Francisco I. Madero, frente al golpe de Estado del que fue víctima. Y cuestionó cómo de manera insensata la historia ha enarbolado el periodo porfirista tildado de ingenuo e idealista a Madero.

“Gracias a la Revolución se avanzó en el terreno social, en lo económico, avanzó nuestro país.   Lo que se logró por ese movimiento, por esa transformación, permitió, al final, concluir que no fue en vano todo el sufrimiento, todo el sacrificio del pueblo”, dijo.

Ese periodo, explicó, tuvo como saldo positivo la consolidación de instituciones como las Fuerzas Armadas que en el gobierno de la Cuarta Transformación han sido revaloradas y han refrendado su lealtad y compromiso a la Patria.

No más neo porfiristas

“Estas instituciones quedaron de pie, a pesar de las desviaciones y de todos los daños causados por el vendaval neoliberal, por la tragedia que significó la aplicación de esa política que puso por delante el interés de las minorías, una política parecida a lo que se aplicó durante el porfiriato”.

Por eso, para los mexicanos, “el neoliberalismo es neoporfirismo y, conociendo la historia, sabemos que eso no es lo que le conviene a nuestro país, a nuestro pueblo, a nuestra Patria”.

De ahí la insistencia cotidiana de repasar la historia, porque no es una necedad como dicen los opositores.

Tampoco es una reescritura de la historia nacional, sino la perspectiva necesaria de observar y conocer las dos caras de la moneda, así como insistir que México había estado sometido a los intereses de unos cuantos, a la repartición de privilegios en una cuantas familias económicas y políticas.

El hecho de que la Cuarta Transformación sea un gobierno del pueblo, no solo hace la democracia de carne y hueso, sino que pone en el camino los ideales de la lucha revolucionaria con los matices obligados para atacar la degradación provocada por 36 años del periodo neoliberal. 

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M21