La Habana (Prensa Latina) ¿Qué tienen en común países de Europa o América Latina? Son laboratorios donde un experimento induce en personas de diferentes culturas el mismo comportamiento violento hasta materializar “el asesinato del personaje” y defenestrar gobiernos.
En exclusiva con Prensa Latina, el politólogo argentino Atilio Borón explicó que ese “homicidio” al personaje (un líder incómodo a los Estados Unidos) obedece a una estrategia superior de cinco pasos para propiciar los denominados golpes de Estado blandos en aquellos gobiernos molestos a los intereses de Washington.
Con algunas adaptaciones, el guión es fácilmente identificable en la Cuba de hoy, donde las recientes acciones para subvertir el statu quo no dejan nada a la espontaneidad, comentó el historiador cubano Oscar Villar.
“Desde 1989 las denominadas Revoluciones de Colores en países de Europa del Este, en nombre de una supuesta democracia, depusieron a sus gobernantes en lo que resultó el primer espaldarazo a la teoría del golpe blando o suave de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de Estados Unidos”.
Diversas fuentes señalan que “el asesinato del personaje”, el linchamiento virtual, las “fake news”, la manipulación emocional, la ruptura institucional y la creación de líderes de opinión son algunas de las herramientas de esta estrategia que se aplican en Cuba.
En opinión de los investigadores, todos estamos bajo el influjo del mismo experimento. ¿Cómo podríamos entonces evitar convertirnos en la masa irredenta que sataniza a sus representantes y convierte al odio en la mejor arma de esa teoría “no violenta” y “suave”?
Para Atilio Borón el golpe blando es una nueva concepción de la guerra en la cual no hace falta una clara intromisión del poderío militar y se les deja la tarea a los medios de comunicación, jueces, fiscales y a la masa manipulada.
En este sentido, Villar considera además otros actores: Organizaciones No Gubernamentales (ONG) que responden a intereses del gobierno estadounidense, diplomáticos y funcionarios norteamericanos y representantes de élites locales.
“Las ONG construyen previo a estos eventos las supuestas sociedades civiles que al final resultan amorfas y descontextualizadas pero aun así las emplean con el propósito de enfrentarlas a las autoridades”, subraya el doctor en Ciencias Históricas.
El politólogo argentino asegura que las “fake news” y el blindaje mediático forman parte de la ofensiva periodística y en ese sentido, lo primero que debe hacer una fuerza política para desestabilizar a su adversario es lo que se conoce como “el asesinato del personaje”.
“El personaje debe ser presentado como un ser satánico, perverso, la personificación del mal absoluto, a partir de ahí se usa un torrente de noticias falsas o presentadas de una manera tal que tergiversan su verdadero sentido”.
“Yo trabajaba para la CIA dentro de las universidades cubanas para estructurar un grupo de líderes de opinión mediante planes de becas en el extranjero”, comenta a Prensa Latina el exagente de la Seguridad del Estado Raúl Capote.
A partir de 2004 comienza una estrategia más fuerte contra Cuba y “una de las primeras dificultades que va a encontrar el gobierno norteamericano es que no tienen líderes de ningún tipo”.
Por tanto, organizan un plan de becas financiado por la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid), Freedom House, la Fundación Nacional para la Democracia (NED, por siglas en inglés), entre otras ONG, para formar líderes en universidades europeas, latinoamericanas y norteamericanas.
“Otra vía utilizada con más fuerza desde ese mismo año hasta la actualidad es la búsqueda de figuras artísticas dependientes del mercado estadounidense”.
Capote refiere que “entre los objetivos del proyecto subversivo Génesis (2006) estaba contemplada la manera de alejar a los artistas e intelectuales de las instituciones, para atraerlos a Miami (Estados Unidos) como centro cultural principal”.
“Articular ese liderazgo en un período de 15 años significaba para la CIA poder contar en este momento con una contrarrevolución de nuevo tipo”.
Según el también profesor de Historia, la denominada Fuerza de Tarea en Internet para Cuba (administración de Donald Trump, 2017) desempeñó una función importante en la dirección del golpe blando contra la isla.
“Se trata de una manera de organizar el trabajo, sobre todo en redes sociales, y armar una estructura que pueda llegar con más facilidad al pueblo”.
El objetivo era buscar, contratar y utilizar a los haters (odiadores, usuarios de la red que difaman, critican destructivamente por el acto de denigrar) y ciberbullings (asedios virtuales) para que hagan campañas de acoso contra figuras gubernamentales o públicas.
Sin embargo, explica Atilio Borón, la institucionalidad en Cuba es muy fuerte porque cuenta con el respaldo de la mayor parte de la población, entonces es lógico que busquen alternativas a través de la cultura.
“Existe un pequeño grupo que tiene un enorme apoyo desde el exterior, lo cual es una constante en la política de Estados Unidos en relación al hostigamiento de la Revolución cubana”, señala.
De acuerdo con politólogos, periodistas, analistas y otros expertos de la realidad cubana, como parte del guion de golpe blando contra la isla se aplican además estrategias para descontextualizar la historia, tergiversar frases de próceres y reinterpretar símbolos nacionales.
Además, numerosas evidencias presentadas en la prensa local muestran cómo desde Internet se promueve la incitación a la violencia y/o delincuencia para desestabilizar el orden en el país y provocar una reacción violenta por parte de las autoridades.
(*) Periodista de la Redacción Nacional de Prensa Latina
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