La Comisión Permanente del Congreso de la Unión emitió un pronunciamiento solicitando que, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, pida a Estados Unidos retirar a Cuba de la lista de “Estados Patrocinadores del Terrorismo”.
Este llamado se fundamenta en la defensa de los principios del derecho internacional, como la no intervención en los asuntos internos de los Estados, la solución pacífica de controversias y la igualdad jurídica entre las naciones.
La inclusión en la lista de “Estados Patrocinadores del Terrorismo” es una medida unilateral impuesta por Estados Unidos desde 1982, en plena Guerra Fría, bajo el argumento de que Cuba respaldaba actos de terrorismo internacional.
A pesar de que en 2015, tras el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países, fue removida temporalmente de esta lista, en 2021 fue reincorporada, alegando su presunto apoyo a grupos armados en América Latina. Este hecho significó un retroceso en los avances alcanzados en las relaciones bilaterales y trajo consigo graves repercusiones económicas y sociales para la isla.
La designación como “Estado Patrocinador del Terrorismo” ha intensificado las sanciones económicas y restricciones financieras impuestas por Estados Unidos. Esto ha agravado la escasez de alimentos, combustibles, medicinas y repuestos en la isla, además de dificultar el acceso a tecnologías avanzadas necesarias para su desarrollo. Las consecuencias de estas sanciones han impactado profundamente en la calidad de vida del pueblo cubano, exacerbando la crisis humanitaria que enfrenta el país.
En 2023, a pesar de estas tensiones, Estados Unidos y Cuba reanudaron su cooperación en la lucha contra el terrorismo, un gesto que llevó a que en mayo de 2024, fuera retirada de la “Lista de Países que No Cooperan Plenamente en la Lucha Antiterrorista”. Este reconocimiento por parte de Estados Unidos de la plena cooperación cubana en temas de seguridad, resalta la incoherencia de mantener a Cuba en la lista de “Estados Patrocinadores del Terrorismo”.
La exclusión definitiva de esta lista permitiría al país abordar con mayor eficacia los graves problemas humanitarios que enfrenta, aliviando las sanciones que han bloqueado su desarrollo económico y social. Además, la eliminación de esta designación abriría la puerta a un mejoramiento significativo en las relaciones comerciales y financieras de Cuba con otros países, contribuyendo a la recuperación de su economía y, en última instancia, beneficiando a las familias isleñas.
El pronunciamiento de la Comisión Permanente destaca la importancia de que el Congreso de la Unión se pronuncie a favor de un pueblo digno, no solo por razones humanitarias, sino también como un acto de solidaridad y respeto a la soberanía de las naciones.
El retiro de Cuba de la lista de “Estados Patrocinadores del Terrorismo” es una medida necesaria para promover la paz, la justicia y la cooperación internacional, principios que México ha defendido históricamente en su política exterior.