El aniversario 120 del natalicio de Alejo Carpentier convocó en la 32 Feria Internacional del Libro de La Habana a un grupo de intelectuales que admiran y promueven la obra del escritor.
La Fortaleza de San Carlos de la Cabaña. Sede hasta el día 25 de esta gran celebración literaria, acogió un coloquio impulsado por la Fundación que lleva su nombre. Ahí Rafael Rodríguez, Armando Raggi, Araceli García y Francisco López Sacha compartieron su visión sobre la obra de este autor eminente.
Rodríguez profundizó en aquello que estimula el interés por leer sus textos en este nuevo milenio. “En la Fundación que preside la destacada intelectual cubana Graziella Pogolotti. Tenemos constancia del interés siempre creciente que despierta la obra de este autor en las más distantes latitudes de nuestro planeta».
Por qué leemos y seguimos proponiendo como lectura necesaria. Tanto en nuestro país como en el resto del mundo, los textos de Carpentier, preguntó el vicepresidente de la entidad.
A su juicio, el narrador es, literariamente hablando, un descubridor más de América y en particular del Caribe.
Cuba, añadió, es presencia casi constante en su obra y nos la revela en su historia y en su ajiaco cultural, desde ¡Écue-Yamba-Ó! hasta La consagración de la primavera.
En su opinión, no puede concebirse un lector medianamente culto que pueda prescindir de la obra de Carpentier.
«Es, sin duda, el novelista de talla más universal que hemos tenido. Y cuyos trabajos no solo gozan de una actualidad coyuntural, sino que se proyectan hacia el futuro de nuestra América y del mundo», afirmó.
López Sacha, una de las figuras a las que está dedicada la feria en esta edición, reconoció la importancia del escritor en su formación literaria. Así como el valor de sus creaciones y la notable dimensión como narrador que fue capaz de conquistar.
Carpentier comprendió muy bien el maridaje entre lo africano y lo español, y el origen del son cubano. Él evalúa el son cubano y lo coloca a la altura de los grandes innovadores de la vanguardia europea, destacó.
Por su parte, la bibliógrafa Araceli García aludió a Carpentier desde su trabajo bibliográfico, lo recordó como un ser excepcional. Un hombre de grandeza intelectual incomparable, uno de los máximos artífices de la prosa castellana contemporánea.
Parafraseando su Cervantes en el alba de hoy, discurso pronunciado en Alcalá de Henares al recibir el Premio Cervantes, en 1978, Alejo Carpentier «será siempre un Cervantes en el alba de todos los tiempos”, concluyó.
Raggi, especialista de la Fundación, abordó el acervo documental que atesora la entidad, la cual pone al servicio de los investigadores el caudaloso patrimonio legado por el autor.
Para ello facilitamos la consulta a los investigadores de un considerable fondo documental de primerísima importancia, estructurado en literatura primaria o activa, literatura pasiva o secundaria, biblioteca personal y archivo, expresó.
La edición 32 de la Feria Internacional del Libro de La Habana tiene a Brasil como país invitado de honor, varias subsedes que exhiben lo mejor del arte de las letras, y una oferta de tres millones de libros físicos y dos mil libros digitales.
Prensa Latina/oda/amr