Por Norman F. Pearl @NormanFPearl
Haré un ejercicio, cuya premisa básica, sea que el lector se vaya eliminando en caso de no haber sido favorecido (como asegura el PRIANRD ha sucedido a lo largo de sus gobiernos)
No incluiré las despensas, tinacos, cemento, varillas, y dinero volátil pues esas dádivas fueron transacciones temporales con un sabor tan abyecto como infame.
Por favor búscate entre los siguientes beneficiarios:
En 1998, Ernesto Zedillo, en complicidad con Felipe Calderón, a la sazón presidente del PAN, daban lugar al llamado “robo del siglo a la nación”.
Este quebranto consistió en la compra de cartera vencida de la banca para salvar su continuidad, convirtiendo en deuda pública con cargo a los contribuyentes un monto que a la fecha resulta impagable.
El nivel de endeudamiento por intereses que se generó en el FOBAPROA alcanzó los dos billones de pesos y aunque se paguen 50 mil millones anuales es insuficiente para que baje el monto original.
Se estima formará parte del presupuesto de egresos hasta 2070.
En este terrible fraude se beneficiaron empresarios que podían haber pagado sus créditos sin problemas y los banqueros que “limpiaron” sus carteras.
La reforma energética de Peña Nieto y los esfuerzos de sus antecesores por destruir PEMEX y CFE, pronto dieron sus frutos pues bajó la producción y acabaron con la industria petroquímica.
La Cuarta Transformación encontró ruinas deliberadas en ambos casos, era evidente se buscaba privilegiar nuevos negocios con particulares cercanos al régimen, en menoscabo de los intereses nacionales.
Los leoninos contratos acordados entre gobierno y particulares pusieron en evidencia la honestidad y “patriotismo” de los funcionarios.
El huachicol o robo de hidrocarburos fue desarticulado por el nuevo gobierno. De acuerdo con información oficial, el daño al erario era por 50 mil millones de pesos al año.
Muchos de sus participantes, como gasolinerías corruptas, otros compradores ilegales, y los propios sujetos que los extraían, resultaron “damnificados” por estos actos “arbitrarios” en opinión de la comprensión panista.
Se estima que el quebranto al patrimonio por condonación de impuestos de 2007 a 2018 (Calderón y Peña Nieto) ascendió a 413 mil millones de pesos (cifra actualizada a 2020 por el SAT).
Durante la larga “noche” neoliberal, unos cuantos fueron receptores de concesiones para explotar el agua (en detrimento de poblaciones enteras), playas que fueron exclusivas, ferrocarriles, y minas en enormes extensiones del territorio mexicano, sin pagar impuestos, contaminando el suelo, el aire y el agua.
La proveeduría y obra pública en general, siempre tuvo como condición de “éxito”, corromper al “comprador” con un porcentaje del presupuesto ofrecido. Por supuesto que el precio ya incluía esa “mordida” indeseable.
El poder judicial en México ha jugado un papel importante en la evolución de los delitos en nuestro país, los ha protegido mayormente.
Muchos de sus miembros, la mayoría, han estado vinculados a gestores de perfil siniestro como Collado y Fernández de Cevallos, quienes en conjunto lograban veredictos absolutorios y resoluciones favorables para su poderosa y corrupta clientela.
Aquí recordamos a muchos empresarios fáciles. ¿Has sido cliente o profesional en esta aplicación del derecho?
El Poder legislativo siempre fue dependiente del poder ejecutivo y de los dueños del dinero fácil. Pocas leyes fueron aprobadas en beneficio de las mayorías.
Muchas, se hicieron con dedicatorias personalísimas que poco o nada tenían que ver con los núcleos de población que teóricamente representaban.
Recordamos a Ricardo Anaya (el señor de los moches) y sus repartos arbitrarios de recursos públicos. O a ese conjunto de senadores panistas, que recibían con naturalidad ofensiva, millonarias sumas de dinero para condicionar su voto en favor de las reformas estructurales.
El poder ejecutivo en México, del tamaño que se trate, Federal, estatal o municipal, siempre significó la oportunidad de oro para los “delincuentes de carrera” en la política. Podemos recordar el paso infamante y alevoso de miles de estos sujetos.
Algunos, con el cinismo rampante de Hank González: “Un político pobre es un pobre político”, o de aquel presidente municipal que aceptaba “robaba poquito”.
Otros, que a pesar de su creatividad y discreción hipócrita tuvieron que aceptar el dinero es inocultable, inventando herencias o historias ridículas para justificar su origen.
Todos deberían estar en la cárcel pagando su osadía por robar a un pueblo, pero no, tal parece todavía no existen esas condiciones.
Es en este gran “paquete” donde se encuentran los nuevos ricos, los ricos sexenales, aquellos que han ido creando una gran pirámide de inmundicia, a pesar del desprecio popular.
Es importante establecer que el grueso de los empresarios apátridas no es tan numeroso, el problema es que participan en todas las actividades delictivas.
México, a pesar del PRIANRD cuenta con millones de empresarios con justificación social. Profesionales, trabajadores y estudiantes honorables, que buscan encontrar oportunidades para su legítimo desarrollo y el de sus familias.
“Somos más los buenos…”
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M21