“Ojalá pudiéramos dar más”, dijo la presidenta Claudia Sheinbaum al anunciar un aumento del 10% al salario de las y los maestros, junto con mejoras en sus periodos vacacionales.
En el Día del Maestro, la voz del reconocimiento se hizo política pública. La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo informó este 15 de mayo que el magisterio nacional recibirá un incremento salarial global del 10% en 2025, con retroactividad al 1 de enero de este año.
Se trata de un gesto que, si bien no resuelve todas las deudas históricas con las y los educadores del país, representa una señal clara de voluntad política: la educación pública no se construye sin dignidad laboral para quienes la hacen posible.
El aumento se dividirá en dos etapas:
Este esfuerzo, destacó la mandataria, es producto de varios meses de trabajo entre las autoridades educativas y el gobierno federal. No es una dádiva, sino un reconocimiento al valor estructural de la docencia en la transformación nacional.
Además del ajuste salarial, Sheinbaum anunció una modificación al calendario escolar para ampliar el periodo vacacional del magisterio. La decisión se fundamenta en un análisis comparativo con calendarios internacionales, que concluyó que las y los docentes en México tienen menos descanso que sus pares en otros países.
Así, se recortará la última semana de clases para dar a las y los maestros una semana adicional de vacaciones, sin afectar el cumplimiento de los planes educativos.
“Las maestras y los maestros casi no tienen vacaciones porque se quedan después del cierre y entran antes del inicio escolar”, explicó Sheinbaum, recordando el esfuerzo invisible que suele quedar fuera del calendario oficial.
Este anuncio no solo es una buena noticia: es una oportunidad para profundizar el debate sobre las condiciones del trabajo docente en México.
En un país donde aún persisten rezagos educativos, brechas regionales y discursos que estigmatizan a los sindicatos magisteriales, reivindicar a las y los maestros como actores clave en la transformación social es un acto político de primer orden.
Desde Manifiesto21, celebramos toda política pública que coloca al magisterio no como beneficiario pasivo, sino como protagonista de un país más justo, más crítico y más humano.