En la vida, algunos son hábiles para el fútbol, otros para las finanzas, y algunos pocos para el arte de desaparecer cuando las cosas se ponen difíciles. Guillermo “Billy” Álvarez, exdirectivo de la Cooperativa Cruz Azul, parece haber intentado hacer todo esto a la vez, aunque con el mismo éxito que un delantero fallando un penalti.
Desde 2020, este personaje de la novela deportiva mexicana estaba prófugo de la justicia, como quien se escapa por la banda en un partido, confiado de que nadie lo va a ver. Pero, al igual que un jugador que intenta burlar al árbitro sin éxito, Billy Álvarez finalmente cayó en fuera de lugar. La tarde del jueves 16 de enero, la Fiscalía General de la República (FGt) y la Agencia de Investigación Criminal (AIC) en la Ciudad de México, detuvieron al ex directivo gracias a las diversas órdenes de aprehensión que lo habían estado acechando desde hacía tiempo.
Esas órdenes, todo hay que decirlo, están relacionadas con un lavado de dinero que seguro envidian los mejores gestores financieros: 300 millones de pesos. Y para que no quedaran dudas, la historia de este ex directivo del Cruz Azul está llena de transferencias a cuentas en Estados Unidos y España, entre 2013 y 2020, con 200 millones de pesos de por medio.
Álvarez, quien estuvo en su momento al frente de una cooperativa cementera que alguna vez fue referente en el mundo deportivo, parecía pensar que su cargo lo exoneraba de las reglas del juego.
Pero parece que ni el dinero ni las influencias lo salvaron de un buen “tarjetazo”. Fue arrestado alrededor de las 13:05 hrs al sur de la Ciudad de México, y, aunque a muchos les parezca que su carrera acabó, Billy Álvarez todavía tendrá oportunidad de “jugar” unos minutos más… en la cárcel.
Tras una revisión médica (como todo buen jugador de alto rendimiento), será trasladado al Penal de Almoloya, en el Estado de México, donde seguramente se acostumbrará a una nueva rutina, sin la comodidad de los palcos ni el lujo de las contrataciones millonarias.
¿Y por qué lo buscaban a Billy Álvarez? Bueno, no era por su desempeño como directivo del Cruz Azul, aunque sus esfuerzos por mantener la calma en la cooperativa fueron, como mínimo, intrigantes. Más bien, fue por su implicación en operaciones ilícitas, que involucran empresas fantasmas y un desfalco de proporciones mayúsculas. En 2020, el fiscal general Alejandro Gertz Manero dio la orden de aprehensión contra Álvarez y su hermano, José Alfredo Álvarez, junto a otro socio de esta trama: Víctor Manuel Garcés, quien también tuvo un paso por la presidencia del equipo.
En resumen, Billy Álvarez pensó que podría doblar la justicia, esquivar a la policía y, en su mente, salir invicto. Pero la tarjeta roja llegó tarde o temprano, y la jugada, finalmente, lo dejó en fuera de lugar. Ahora, su residencia será el Penal del Altiplano, donde tendrá todo el tiempo del mundo para reflexionar sobre su desempeño en el juego de la vida. ¿Y el Cruz Azul? Bueno, parece que el único lugar en el que todavía tiene lugar es la historia de la corrupción y el lavado de dinero.