El cártel inmobiliario le quitó 27 millones de litros de agua a los capitalinos para abastecer los edificios construidos irregularmente, acusó Clara Brugada.
La candidata a la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México por la Coalición Seguimos Haciendo Historia, destacó que impulsará la creación de un gabinete pro agua.
Durante un acto de campaña en el pueblo de Xoco, dañado la construcción de una enorme torre comercial, Clara Brugada recalcó que en la Ciudad de México no debe gobernar el cártel inmobiliario.
“En la Ciudad de México no debe gobernar el cártel inmobiliario”, enfatizó Brugada, destacando la necesidad de una gestión gubernamental transparente y ética, alejada de los intereses corruptos que han perjudicado a tantos ciudadanos.
La construcción de la torre comercial Mitikah en el pueblo de Xoco, ha desencadenado controversias y problemas sociales. Por lo que sirvió como telón de fondo para el discurso de Brugada, quien subrayó que la capital merece un liderazgo comprometido con el bienestar de sus habitantes, no con el enriquecimiento ilícito de unos pocos.
Brugada no se limitó a señalar la pérdida de agua, sino que también denunció la connivencia entre el cártel inmobiliario y la corrupción que ha permitido la proliferación de edificaciones irregulares.
Este acto de corrupción, que ha pasado desapercibido durante demasiado tiempo, ahora se enfrenta a la firme oposición de Clara Brugada quien está decidida a desenmascarar los abusos y devolver el poder a la ciudadanía.
De ahí que la candidata morenista aprovechó la ocasión para cuestionar la integridad del proceso electoral, criticando a la Comisión de Quejas del INE por su aparente intento de silenciar a aquellos que se atreven a hablar sobre el cártel inmobiliario y su relación con Santiago Taboada.
Y es que el candidato de la oposición, Santiago Taboada, pidió el apoyo del INE para que nadie lo relacionara con el cártel inmobiliario, ni tampoco lo mencionara con los apodos que la gente de ha dado.
Por ello las declaraciones de Brugada en la concentración en el pueblo de Xoco, donde la corrupción inmobiliaria levantó un edificio de 68 pisos sobre la voz y contra la voluntad de los vecinos del pueblo.