“¿Cómo creen que yo voy a perder la apuesta? Eso ya está planchado desde hace dos meses”, dijo en conferencia de prensa.
Ahora el asunto se pone interesante “porque todos están pidiendo que la señora decline”, afirmó al referirse a las presiones sobre la contendiente priísta Beatriz Paredes.
“No quieren ningún riesgo, ya hicieron compromisos. No me equivoco, los conozco muy bien, son muy burdos, predecibles”.
López Obrador también comentó sobre lo grotesco de la situación: “Imagínense lo vergonzoso que el presidente de un partido diga ‘ya no, hazte un lado’. Y que salgan otros del mismo partido diciendo: ‘No, Beatriz, aguanta, el pueblo se levanta’. Ahora resulta que el proceso va a quedar mocho”, señaló de manera sarcástica.
En julio pasado, el presidente había anunciado que Xóchitl Gálvez sería la elección por dedazo para representar a la oposición en el próximo proceso electoral.
En este contexto, AMLO comentó: “Tengo toda la información de que (Claudio X. González) llevó a cabo las consultas para que los represente Xóchitl Gálvez. Fue un proceso de consulta arriba, con los que no dan la cara, pero sí actúan y son los que aportan dinero para las campañas”.
El presidente criticó el proceso de selección de los candidatos del Frente conservador, al afirmar que no se equivocará en sus pronósticos, aludiendo a reuniones previas donde se toman decisiones políticas.
“No me voy a equivocar. Ya está resuelto porque se reúnen con anticipación y empiezan a hacer sus enjuagues y tomar algunos acuerdos. Todo es una simulación”, concluyó.
Con estas declaraciones, López Obrador continúa ejerciendo su influencia en el panorama político, mientras se perfilan los candidatos para las próximas elecciones. Las palabras del presidente generan debate sobre la transparencia y autenticidad del proceso de selección del frente conservador. Un juego de simulación, donde lo único claro son los intereses que defienden: los personales y económicos.