Darle largas al periodo extraordinario de sesiones en la Cámara de Diputados para discutir la Ley reglamentaria de la revocación de mandato es una evidencia de que los legisladores del bloque conservador, le tienen miedo a la democracia.
Sí, al pueblo, al clamor popular que con toda legitimidad y por derecho constitucional puede decidir quién lo gobierna.
El pueblo pone, el pueblo quita. Esa es la ley que los demócratas de contentillo, los demócratas de ocasión no han querido entender por una simple y llana razón: están despegados del pueblo.
Acostumbrados a mirar a la masa desde la cúspide del poder económico, de las componendas que antes regían el poder político, les resulta hasta ofensivo que el pueblo, el soberano levante la voz, ejerza su voto, reclame, demande, exija.
Por eso ahora resulta que le dan largas a hacer su chamba, aplicándose a discutir la ley reglamentaria de la revocación de mandato. Y es porque le temen al pueblo, ha dicho con toda razón el presidente López Obrador.
“Imagínense, se reforma la Constitución, se establece en la Constitución que debe haber revocación de mandato”, dijo el pasado 19 de agosto durante su conferencia matutina el primer mandatario.
Cuando se pudo sacar la convocatoria para un periodo extraordinario de sesiones el pasado miércoles y aprobar la mentada ley que lleva dos años de jaloneos, no se pudo.
Es decir, ahora resulta que el bloque conservador en la Cámara de Diputados se niega a poner las bases para que el pueblo decida si el Presidente Andrés Manuel López Obrador, se va o se queda.
Aún cuando su plan original era primero quitarle el Congreso a Morena y sus aliados, en las elecciones del 6 de junio -con el fin de dejar en manos de la oposición conservadora la asignación de presupuesto y con ello acabar con los programas de bienestar, porque les estorba que se dé prioridad a los pobres-, para luego juntar todas sus retorcidas fuerza y derrocar a AMLO en la revocación de mandato. Ahora resulta que no quieren.
Y es que así como dicen una cosa, dicen otra, porque la oposición carece de rumbo, de liderazgo y por lo mismo de un proyecto a largo plazo.
“Cambian de parecer y ya no quieren, le tienen miedo al pueblo, entonces están poniendo obstáculos en el Congreso”, afirma con sobrada razón y con absoluta autoridad moral el presidente López Obrador.
Ahí están unidos todos los que se decían distintos, ha declarado el mandatario nacional y sin tapujos, los menciona con nombre y apellido.
“Ahí están: Josefina Vázquez Mota con Chong y otros que antes engañaban, porque son muy hipócritas, que eran distintos, de que pertenecían a partidos distintos, cuando son lo mismo”.
Ahí están: Claudio X. González, el de la Coparmex, Diego Fernández de Cevallos, Vicente Fox, Felipe Calderón, los dirigentes de los partidos. Se unieron todos.
Ahí están: sus achichincles de los medios de información, los intelectuales orgánicos, sus aplaudidores.
Ahí están con sus noticias tendenciosas, utilizando la calumnia, las noticias falsas, la mentira, intentando derrocar al soberano, silenciar el liderazgo de Andrés Manuel, intentando con patadas de ahogado, negar al pueblo.
Pero no han podido ni podrán, porque el pueblo es mucha pieza y sí, cuando grita y arrebata lo que por ley le corresponde, más vale tenerle miedo.
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M21