¡Ay Amor, ya no me quieras tanto! ¡Ay Amor, olvídate de mí! Tu recta palabra me confunde y tu honestidad me engaña, tus obras son quimeras. Me hace daño ser libre, añoro al amo que me libraba del yugo de pensar.
¡Decide por mí, tirano, yo me ahogo en la incertidumbre! Necesito quién lo haga por mí. Nunca nadie volteó a verme y no sentí vergüenza por mi desnudez.
Vuelve tu mirada hacia tus paraísos y deja de engañarme con el que me invitas a construir. Ser esclavo es mi costumbre, como también lo fue para mis padres; me haces daño con tu transformación.
La realidad me agravia, pero es mi realidad; no me hagas soñar con el bienestar que no conozco. Sé mi tirano y déjame en paz. Me han enseñado que sólo así gozaré la vida eterna, al lado del Creador, y es mi credo para ser feliz… cuando yo muera.
No me corroe la envidia; si robando se hacen ricos, me da igual. Si hoy viven en palacios construidos con mi sangre, me da lo mismo. Total, el camello no pasará por el ojo de la aguja, mientras que yo estaré mirando desde el otro lado entre nubes de algodón. (Texto prosaico de autoría conocida, para ser imbuido a las huestes de los desposeídos desde púlpitos televisivos y micrófonos parroquiales).
Pues sí, ahora resulta que AMLO fue distinguido como el Tirano del Año 2022 por una organización civil internacional (Index on censorship), financiada por el gobierno gringo, que también apoya a Claudio X. y a sus membretes golpistas.
Paso y repaso mis ochenta años de vida y no hallo tanta libertad como hoy se vive. ¿O, acaso, lo estaré soñando?. No. ¿O también lo estarán soñando los millones de personas que, en las encuestas y en las calles, otorgan más de 70% de aprobación al gobierno de la 4T?. No.
Tal mayoría no es una entelequia fincada en el engaño; es de carne y hueso, que ama a quien le sirve y le convoca a ser protagonista en la construcción de su bienestar y su verdadera felicidad, ajena a los lujos baratos y a la imitación extralógica de modelos consumistas diseñados para el flautista de Hamelin.
Confieso que me apena estar bajo la férula de un tirano tan demócrata, que quiera y tenga que dejar la tiranía en 2024; que denodadamente busque la pacificación del país; que destine recursos sin parangón a la justicia social: que erija obras magnas para generar riqueza para la nación y para el pueblo; que merezca la respetabilidad y el reconocimiento internacional, en fin, que cumpla eficazmente con lo ofrecido al pueblo al pedir su voto.
Ni modo, no me queda más que esperar un tirano o tirana que continúe y profundice esta bendita esclavitud en que vivimos.
¡Ah! Y también espero encontrar un mínimo de honestidad entre los pocos que tanto odian a Andrés Manuel López Obrador.