De pena ajena y vergüenza pública. Así son las reacciones ante los acontecimientos en el marco de los procesos electorales donde el partido en el poder está abriendo heridas que podrían costarle votos.
Si la labor de un partido es hacerse de simpatizantes, ganar votos, ganar elecciones y con ello operar sus plataformas políticas, parece que no ayuda que un mismo día Morena diga por un lado que serán escrupulosos en la selección de candidatos y por otro unja a un personaje acusado de delitos sexuales.
Sí. Allá en Baja California, como si estuviera muy lejos o nadie hubiera visto la conferencia online donde Mario Delgado aseguraba que Morena sería “más riguroso” en la selección de candidatos para evitar casos tipo Lilly Tellez, mientras en Guerrero Félix Salgado era ratificado como precandidato a la gubernatura.
La presentadora de noticias llegó al Senado de la República con el membrete de Morena y luego se pasó al PAN, porque el partido en el poder, fuchi-guacala, apoya esas cosas del diablo como abortar o que las mujeres decidan sobre su cuerpo, así como el derecho a usar la mariguana untada o fumada.
Pero según las benditas redes, la hoy panista de corazón y de convicción, usa su sueldo de Senadora para tuitear en contra de Morena y escenificar performances, ganando likes y una envidiable mensualidad que pagamos todos los mexicanos. Porque lo suyo, lo suyo, son los reflectores.
En tanto, Félix Salgado Macedonio, es el precandidato Más Odiado. Una multitudinaria y aguerrida masa de mujeres con justa y sobrada razón se ha pronunciado en contra del personaje sobre el cual pesa más de un par de denuncias por delitos sexuales.
Que es el más popular entre los encuestados y por eso se ratificó su triunfo. Que el pueblo decidió elegirlo entre todos los aspirantes.
Será el sereno o no encontraron a otro más peor o ya de plano hicieron propia la consigna “fuera máscaras” y les vale más la política que la justicia.
Aunque Mario Delgado diga que no hay ninguna “acusación formal” contra Félix El Más Odiado, pero sí una investigación, no ayuda ni resuelve nada.
Según Delgado “la autoridad judicial estimó que no tiene ninguna vigencia la probable comisión de ese delito y hay otra carpeta de investigación que no ha merecido ninguna sanción por parte de la autoridad”. Por eso el señalado agresor sexual goza de plenos derechos, dice Mario.
Nada más falta que la dirigencia nacional de Morena diga que son rumores y que los opositores sacan trapos viejos en tiempos de campaña y pobrecitos mártires electorales.
Pero las mujeres víctimas, las colectivas feministas y miles más, tienen otros datos y no frenarán hasta que “todos los Félix caigan y ningún otro agresor sea elegido para un cargo público”.
El apoyo es total. La voz de las víctimas de violencia sexual y de género, no se apagará con discursos, porque la justicia no tiene fecha de caducidad.
Si Morena ofrece rigor ofrece, rigor se debe exigir, porque el buen juez por casa empieza. ¿O cómo es la cosa, Mario: Salgado sí y Tellez no?
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M21