Antes de abordar el tema que enuncio, permítaseme comentar que en mi artículo anterior, relativo al avance registrado en la legislación en materia eléctrica, me quedé muy corto.
Con la declaración de constitucionalidad de la Ley de la Industria Eléctrica, derivada de no haber alcanzado la mayoría de ocho votos para declararla en contrario, se obtuvo mucho más en razón de que en la votación particular, artículo por artículo, se obtuvieron votaciones aprobatorias por unanimidad o mayoría contundente en los asuntos definitorios del proyecto.
Esto determina que no tendrán cabida amparos contra su aplicación.
Por lo pronto: se prohíbe el esquema tramposo del autoabasto en sociedades y las hidroeléctricas del país podrán generar a toda su capacidad.
Fue un triunfo rotundo, no un simple avance. Si a esto se agrega que la oposición se puso la soga en el cuello al votar en contra de la reforma constitucional, pues no me queda más que reconocer nuevamente la habilidad política del Presidente López Obrador.
Entrando en materia democrática y electoral. El día de hoy el Titular del Ejecutivo Federal envió una iniciativa para reformar diversos artículos de la constitución en materia electoral que modifican radicalmente el sistema vigente en beneficio de una mejor democracia para el país.
Al anunciarla en la conferencia de prensa matutina, el Presidente argumentó que si por muchos años se ha luchado por la democracia, y se ha padecido enormemente por su ausencia, no podría ser omiso y dejar las cosas iguales; obliga una reforma de raíz.
La presentada, hasta lo que he alcanzado a analizar es toda una revolución y, para mi sorpresa, recoge o coincide con propuestas formuladas por quien esto escribe desde hace años (perdón por la inmodestia). Procedo a comentar los asuntos más relevantes:
La oposición ha anunciado, de antemano y sin conocer, que no aprobarán ninguna iniciativa presidencial que modifique la constitución.
Desde luego que se opondrán al recorte de las prerrogativas financieras y otras, aunque les sean benéficas, pero volverían a colocarse en contra de lo que la ciudadanía reclama, hundiéndose aún más de lo que ya están.
Repito mi alegría por el rumbo que está tomando nuestro país.
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M21