Por Berna Valle / @BernaValle1
El presidente Andrés Manuel López Obrador nos prometió que no protegería a nadie; y que no usaría los súper poderes que le atribuye el modelo presidencialista mexicano para defender o apoyar a una amiga o amigo.
Así nos ha cumplido.
Como en ningún gobierno del pasado hemos visto a nuestro presidente destituir de puestos de alto nivel a personajes políticos que simplemente no estuvieron a la altura de la expectativa del pueblo.
El día de ayer la Fiscalía General de la República informó que se fincaron autos de formal prisión contra cinco trabajadores del INM.
Entre ellos el amigo y compañero de lucha del presidente, hasta ayer director del INM. Se les acusa de los delitos en contra de 65 migrantes, 40 por homicidio y 25 por lesiones.
No hay espacio para la impunidad, el amiguismo, el tráfico de influencias o la ignominia.
Así que la lección está bien clara: que se cuiden bien aquellos que confiados o confiadas por su amistad con el presidente se creen su fina copia y actúan impunemente burlándose de las instituciones.
En este juego de la nueva política no hay amistad que valga más que el pueblo.
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