La reforma energética de 2013 que impulsó la administración de Enrique Peña Nieto y fue aprobada bajo el cobijo del Pacto por México (PRI-PAN-PRD); la que ocasionó todo tipo de desastres y retrocesos en el sector energético -sin contar el crecimiento del lujo entre los altos funcionarios a partir de sobornos- finalmente, llegó a su fin.
Nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador en un acto de plena justicia social, y bajo la máxima de legislar lo que mejor convenga al pueblo envió al Congreso la tan esperada iniciativa a la reforma eléctrica. Dicha reforma se discutirá en el Congreso las siguientes semanas.
La reforma de Andrés Manuel López Obrador está muy bien pensada, pues una de sus características más relevantes es la optimización del sistema eléctrico en su contexto ecológico.
De manera que conjunta soluciones para el cambio climático, como la rehabilitación de consumo de energía renovable y no contaminante como las hidroeléctricas, garantizando suministro, sustentabilidad y viabilidad económica.
La nueva reforma eléctrica prioriza el suministro de electricidad por medio de las hidroeléctricas. Esto tiene mucho sentido ya que las hidroeléctricas son el único medio de producción de electricidad que no utiliza ningún tipo de combustible y que no genera ningún tipo de desecho.
Desde el punto de vista ecológico y económico es la solución ideal para generar electricidad.
Cuando un político legisla defendiendo los intereses de los mexicanos en equilibrio con los retos del cambio climático, no sólo estamos frente a buenas soluciones, sino ante una perspectiva de bienestar global para la humanidad.
Contrario a esta motivación, y con plena conciencia de perjudicar al prójimo, los neoliberales relegaron la energía limpia del suministro eléctrico en la reforma energética de 2013.
Pero ¿por qué los neoliberales hicieron eso? ¿en qué estaban pensando cuando hicieron una reforma a modo, para beneficio de una empresa?
Tal parece que su idea del planeta es la siguiente: “¿Quién necesita un sistema de suministro eléctrico ecológico y barato, cuando puedes tener una máquina que todo el tiempo esté consumiendo combustible y dinero público?”
La reforma de 2013 da prioridad a Iberdrola. Se trata de una compañía que sólo emplea plantas súper contaminantes de ciclo combinado. Estas plantas funcionan con turbinas que queman gas natural o gas LP.
El esquema de negocios de Iberdrola es el de una empresa que consume gas para quemarlo en sus turbinas y de ese modo generar electricidad. Por lo cual, se necesitan proveedores de gas; que además paga el gobierno de México.
Desde luego, todas las plantas de ciclo combinado de Iberdrola en México, así como los gasoductos que aportan gas a las plantas, y el suministro de gas; todo debe ser pagado por las contribuciones de los ciudadanos mexicanos.
Hay muchos ejemplos, como los gasoductos de los Ramones. Fueron tan mal construidos, que hoy en día no pueden ser usados a más del 30% de la presión de operación. Porque si se quisiera usar al 100% de la presión de operación simplemente estallarían.
Pero en el océano de la corrupción neoliberal, esos gasoductos fueron construidos, avalados y cobrados a sobrecosto. Toda esa infraestructura, además de que no funciona de manera óptima, no es parte del patrimonio nacional.
Esa es la reforma de 2013 que la oposición neoliberal y conservadora defiende fervientemente.
Ninguna de esas infraestructuras es propiedad del gobierno, todas son privadas, principalmente de Iberdrola.
Ya entrados en los abusos, se inventaron los contratos de autoabasto, donde por medio de contratos fraudulentos; grandes empresas como OXXO o Walmart terminan pagando mucho menos que cualquier usuario doméstico.
Los abusos de la reforma de 2013 son largos y muy ingeniosos. Todos tienen el único fin de robar al erario, y por consiguiente a los mexicanos.
Iberdrola y sus empleados en el Senado de México, saben que con la reforma del presidente Andrés Manuel López Obrador se cancelarán los chanchullos, desde la cancelación de contratos de autoabasto hasta cambios en el despacho eléctrico, donde se priorizará la generación hidroeléctrica, la nuclear y geotérmica del estado mexicano.
Todo este entuerto de la reforma neoliberal de 2013, está sumergido en un mar de corrupción y saqueos.
Lo increíble de la campaña de desinformación de los conservadores es que quieren desprestigiar a la iniciativa enviada por el presidente argumentando que se va a contaminar más.
Lo cual es completamente incorrecto, ya que justamente esta reforma tiene un carácter completamente ecológico, amén de buscar hacer la generación eléctrica más barata.
La defensa del esquema de 2013, es la defensa de un sistema ecocida que aporta grandes cantidades carbono al medio ambiente.
Defender la reforma de Enrique Peña Nieto, es un acto atroz contra las futuras generaciones.
El PAN y algunos personajes del Senado, han dicho que defenderán el crimen ecológico contra el planeta. No son más que sirvientes sin escrúpulos para los intereses de Iberdrola.
Confiamos en que la reforma de nuestro Presidente sea aprobada, y que por fin tengamos una ley que busque cuidar de nuestros intereses.
Esta nueva forma de legislar a favor del porvenir de las sociedades es lo que más nos conviene como mexicanos y como ciudadanos del mundo.
Hasta se nos antoja una reforma petrolera para acabar con los abusos que la reforma energética de 2013 dejó. Claro… una batalla a la vez.
¡Pero qué bonito se siente ver a un Congreso que sí me representa! Gracias 4T.