Por Gerardo Fernández Casanova / [email protected]
Ofrezco una sincera disculpa por mi ausencia de la semana pasada; las arcadas de la náusea no permitían escribir con el respeto que intento ofrecer a ustedes, amables lectores.
Desde luego el terrible impacto del incidente en la línea 12 del metro de la Ciudad de México y la respetuosa solidaridad con quienes sufrieron sus consecuencias fatales obligó a la serenidad y al luto.
La náusea sobrevino incontrolable al desnudarse la mezquindad y la vileza de actores políticos, principalmente panistas, que se abalanzaron para lucrar con la tragedia y el dolor.
Tal circunstancia que sólo es un botón de muestra, lleva al cuestionamiento de la razón por la que los mexicanos debemos luchar.
Ofreciendo la inmediata respuesta en el sentido de que lo sustantivo es acabar con las formas del quehacer político basadas en la diatriba, la mentira y el engaño, instrumentos favoritos de quienes sólo buscan recuperar los privilegios que el pueblo les arrebató en 2018, objetivo por el que no se detienen ante nada; la ética, el patriotismo, la decencia, pues, no tienen significado alguno si de medrar se trata, si de envilecer las mentes se nutre la maldita ambición del poder.
El odio es el hilo conductor de tales actuaciones: odio al humilde que, salvo en temporada electoral, es considerado como la rémora que nos estorba para ser orgullosamente gringos nacidos en México.
Entre los engaños, los hay tan burdos que hasta el menos avispado alcanza a detectar; pero los hay de mayor sofisticación para los que se hace necesaria una explicación más elaborada.
La tecnología moderna de la dominación (guerra híbrida o de quinta generación) crea un vigoroso cinturón de organismos de fachada altruista, no gubernamentales y de pureza política, cuya primera misión es integrar a hombres y mujeres de buena fe decididos a llevar adelante agendas de valor irreprochable.
En términos de prestigiar la marca o el nombre de la organización, de manera de disfrazar sus verdaderos fines, incluso que ponen diques a gobiernos autoritarios afines a sus reales objetivos; con ello logran minar al estado sin importar el signo que lo distinga.
Defienden los derechos humanos, el medio ambiente, la libertad de expresión y muchas otras banderas válidas.
Tales organismos acreditan méritos para recibir la ayuda financiera internacional, sea de otras organizaciones de fachada filantrópica o de deducción fiscal, o de instituciones del gobierno de Estados Unidos.
Organizaciones destinadas a “ayudar” a la democracia y el desarrollo en países cuyos gobiernos pudieran significar un riesgo para su hegemonía; es el caso de la NED (Esfuerzo Nacional por la Democracia) o la famosa USAID (Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo, tumba de la Alianza para el Progreso dispuesta por Kennedy para prevenir la influencia de la Cuba de Fidel Castro).
Una investigación periodística (Contralínea de Daniel Badillo) revela las fuentes de financiamiento de la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, fachada para combatir al gobierno de López Obrador.
Esta organización de la “sociedad civil” pero propiedad de Claudio X. González, se vistió de luces con investigaciones importantes contra la corrupción de Peña Nieto y con ello adquirió una falsa fama de independiente y apostó su supuesto prestigio al oponerse a la cancelación del proyecto aeroportuario del Lago de Texcoco e interpuso más de cien amparos contra su cancelación y contra la obra del aeropuerto en Santa Lucía.
Será por eso que su actual presidente se llame Amparo Casar, recalcitrante neoliberalista del ITAM.
Ya encarrerados como opositores, el señor X. González se dio a la tarea de comprar las franquicias electorales de la oposición (PAN, PRI y PRD) y formar una coalición contra natura para competir electoralmente con vistas a arrebatar al lopezobradorismo la mayoría en la Cámara de Diputados, aportando carretadas de dinero y de apoyos mediáticos para lograrlo.
Enterado públicamente el Presidente de la investigación periodística que revela el financiamiento gringo a la organización matriz, ordenó la presentación de una nota diplomática de extrañeza al gobierno de Estados Unidos por lo que consideró una injerencia en asuntos internos.
Es un asunto de la mayor gravedad que los mexicanos tendremos que tomar muy en cuenta para impedir que los apátridas vengan a descomponer el régimen de libertad y democracia que estamos construyendo. Hay que pararlos con un alud de votos.
Que nadie se confunda la lucha es por México. Por México vamos a volver a arrollarlos en las urnas.
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