César Montes es uno de los fundadores de las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR) de Guatemala, la primera organización guerrillera. Fue el líder en 1966 de esta organización, pero después se desvinculó de la guerrilla. Actualmente se encuentra detenido en Guatemala por su presunta participación en el asesinato de tres soldados del Ejército guatemalteco, ocurridos en 2019. Está condenado a más de 100 años de prisión. El presidente López Obrador ha reclamado el indulto.
A pedido de César Montes esta semana declinamos la entrega de su columna y en su lugar publicamos un texto que no ha perdido vigencia pese a haber sido publicado en mayo de 2022 en reclamo de justicia y libertad para César Montes.
Con gran indignación la Casa de los Pueblos México comunica que, el martes 29 de marzo recién pasado, un tribunal de la República de Guatemala, condenó al Comandante César Montes a 175 años de prisión por un crimen que no cometió.
Los jueces guatemaltecos sellaron así la atrocidad cometida por el ejército mexicano cuando, hace poco más de un año, sin mediar solicitud alguna de extradición, lo apresó en el puerto de Acapulco y lo entregó al gobierno de aquel país.
César Montes cumplió ochenta años este mes de marzo reciente, por lo que si se le impone esa
condena por algo que no hizo, la decisión de los jueces tiene una motivación política oculta. El gobierno y el ejército de Guatemala lo acusan de ser el autor del asesinato de tres marinos en septiembre de 2019.
Como se demostró en el juicio, César Montes no pudo ser el autor material de ese hecho porque se encontraba a cientos de kilómetros del lugar en el que sucedió.
Tampoco pudo ser el autor intelectual porque, como también se demostró, no tuvo comunicación alguna con los que estaban en el lugar del suceso ni antes, ni durante tuvo comunicación alguna con los que estaban en el lugar del suceso ni antes, ni durante, ni después.
Tampoco pudo haberlo planificado con antelación porque el suceso fue repentino. La larga condena que se le impone a César Montes tiene un alto sentido de venganza.
En los últimos años, jueces honestos que actualmente son perseguidos por la justicia guatemalteca, impusieron varias condenas a varios jefes militares por haberlos encontrado vinculados con crímenes de lesa humanidad.
Uno de ellos fue el genocida general Efraín Ríos Mont, un golpista que tomó el poder en los primeros años de la década de los ochenta del siglo pasado, a quien se le condenó a 70 años de prisión por los crímenes que cometió antes y durante su mandato.
El Estado guatemalteco es hoy expresión de la alianza de intereses oligárquicos con el crimen organizado y el narcotráfico, a la que los guatemaltecos llaman coloquialmente el Pacto de Corruptos. Esa alianza ha logrado cooptar a casi todas las instancias del Estado, particularmente, las referidas al Poder Judicial y al Ministerio Público.
Desde el anterior gobernante, el comediante Jimmy Morales, hasta el actual, Alejandro Giamattei, el estado de derecho se encuentra altamente deteriorado en ese país.
Al general genocida Ríos Mont, jueces corruptos con artimañas leguleyas le repitieron el juicio y eliminaron la condena; quien impuso esa condena se encuentra actualmente fuera del país. Igualmente funcionarios de la defenestrada Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), están siendo perseguidos o han tenido que salir al exilio.
De manera que el Estado guatemalteco, al condenar al Comandante César Montes a 175 años de prisión, devuelve en sentido de revancha los golpes que recibió su ejército de manos de la justicia transicional anticorrupción, por ser violador de derechos humanos.
Es internacionalmente conocida la trayectoria criminal y represiva del ejército guatemalteco, que durante los 36 años que duró la guerra interna en el país vecino, cometió grandes atrocidades y crímenes en contra del pueblo guatemalteco.
Como también es internacionalmente sabido que el actual gobierno guatemalteco está dispuesto a evitar que se condene a los corruptos y miembros del crimen organizado que actúan en ese país, porque muchos de ellos dirigen las principales instituciones gubernamentales.
Por eso desde La Casa de los Pueblos México, espacio de convergencia de comunidades y organizaciones en lucha, manifestamos nuestra indignación por la forma en la que el ejército mexicano, se prestó a satisfacer las ansias de venganza del gobierno y ejército guatemaltecos.
No podemos dejar de manifestar que con esa actitud, los actuales dirigentes del ejército mexicano mostraron que para ellos fue más importante satisfacer una infame necesidad de otra institución castrense, que permitirle al gobierno de México cumplir a cabalidad con su política de no intervención en los asuntos de otros países y con la disposición internacional de salvaguardar la vida de todo perseguido político, venga de donde venga.
Repudiamos las acciones del gobierno y ejército mexicano contra César Montes.
Exigimos se respeten los derechos humanos y el tratamiento internacional justo a Cesar Montes preso político y de conciencia y a todos los perseguidos políticos que entran a nuestro país.
Al gobierno Guatemalteco le exigimos la inmediata libertad del compañero César Montes de larga trayectoria revolucionaria.