El presidente Andrés Manuel López Obrador ya había concluido la conferencia de prensa matutina pero regresó al podio para responder dos cuestionamientos, uno de ellos relativo al tema que ha ocupado los medios durante los últimos veinte días: la casa que habitó su hijo mayor en Houston.
El Primer Mandatario se dijo orgulloso de sus hijos y reconoció el valor que ellos han tenido para enfrentar el acoso y actos discriminatorios que han vivido desde pequeños.
“Acerca de mis hijos, yo tengo la ventaja –si se puede decir así–, que hemos sido espiados durante muchos años, desde que ellos estaban pequeñitos”.
“Cuando empezamos a ser oposición en Tabasco nos costó trabajo conseguir escuelas para que los inscribieran, ya se pueden imaginar las que hemos pasado”, relató.
A sus hijos, expresó, no les es ajeno el espionaje y mucho menos la vigilancia que mantenían frente a su casa por el movimiento en defensa del petróleo que sostenía entre los años 1995-1996, López Obrador.
“Yo traía orden de aprehensión, me metieron todo el Código Penal, como 11 delitos”.
“Entonces, para obligarme a que yo me ampara o que yo me fugara, pasaron helicópteros, en ese entonces del Cisen, estaba Tello en el Cisen y Roberto Madrazo de gobernador, entonces se quedaban los helicópteros encima de la casa”.
El Primer Mandatario agregó que ante esas hostilidades, la periodista Lourdes Galaz, y Carmen Lira de La Jornada, acudieron a su casa para rescatar a sus hijos.
“Ellos saben qué es esto. Me da mucho orgullo que resistan y se han portado bien, aunque saben de que una cosa es lo familiar y otra cosa es el servicio público, lo saben perfectamente”, expresó.
Aclaró que mientras él ha sido dirigente, sus hijos han quedado al márgen, es decir no han ocupado cargos.
“Es el acuerdo que tenemos, lo sabemos muy bien. Y yo les pido que se sigan portando bien, como lo están haciendo”.
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M21