Noroña nuevamente es el centro de la nota política. No sólo por sus explosivas declaraciones, sino porque ha puesto en el centro del debate las formas en que la élite se reparte el pastel del poder. Cuyos integrantes burlan acuerdos, no tienen palabra y nadan de muertito porque al fin se saben bien librados y con acomodo en posiciones clave.
De nada le valió a Noroña defender a grito pelado los fundamentos de la Cuarta Transformación ante el INE ni en la mismísima Cámara de Diputados. De nada sirvió erigirse como el más fiel y humilde, porque las hienas del partido al que defendió, lo rondaron siempre. Vaya, hasta el mismo presidente desconoció la chamba de Noroña en la campaña electoral que llevó a Claudia Sheinbaum a la presidencia. “Sí, lo estimo, pero Noroña no es de Morena”, dijo el presidente López Obrador ante los reclamos de Noroña por la asignación de cargos.
Lástima Noroña. Gracias por participar amigo, pero Morena está libre de pelusas y en la “repartición” no entran los gritones defensores ingenuos que aún creen en la democracia.
El caso Noroña es verdaderamente emblemático de cómo los partidos en el poder, las élites, la clase dorada de la política, se cuecen aparte. Harina de otro costal son los más que andan en el trabajo rudo, a ras de tierra, como Noroña. Quien ahora se engrandece, porque al igual que el presidente López Obrador, su pecho no es bodega y puso en la discusión cómo se tergiversan los acuerdos y hasta los discursos.
Vaya, hay comentarios y comentaristas que no lo bajan de “llorón” porque no recibió “hueso”, cuando el centro de la discusión son las formas como se burló un acuerdo, así como la facilidad de no respetar la palabra empeñada y mucho menos valorar la real militancia.
Para deshacer este entuerto, Noroña recibió una propuesta de la presidenta electa Claudia Sheinbau. Acudió a la casa de transición para escucharla y agradeció la deferencia, pero el mediático legislador no soltó prenda.
Pensará en la propuesta. Hará un balance, pero no dirá de qué se trata: “si no lo voy a aceptar pa que lo digo, y si lo voy a aceptar también pa que lo digo… lo voy a pensar”. Así lo comentó a los periodistas que insistieron en conocer lo abordado con la presidenta electa.
Cladida Sheinbau “me planteó algo que voy a valorar”, dijo Noroña. Pero, “primero me parece muy importante que ella me haya refrendado que la comunicación es expedita y abierta. Eso es un privilegio y una responsabilidad. Le agradezco mucho ese nivel de confianza y me parece el cargo más importante que cualquier otro que pudiera tener”, aseveró.
Por lo pronto, el legislador Gerardo Fernández Noroña, está en su función de Diputado y en la siguiente Legislatura asumirá como Senador por Morena, sí por Morena. Vaya cosa.