La VIII Cumbre de Jefas y Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) fue el escenario donde México, representado por la canciller Alicia Bárcena en nombre del presidente López Obrador, delineó su posición frente al desafío de los flujos migratorios.
“Consideramos a los migrantes personas en movilidad laboral, no son delincuentes, y hemos planteado un modelo mexicano de movilidad que se basa en articular soluciones integrales por medio de la atención de las causas estructurales de la migración”, señaló la canciller mexicana.
En un discurso expresó la postura mexicana, rechazando la criminalización de los migrantes: “Consideramos a los migrantes personas en movilidad laboral, no son delincuentes”. Esta declaración enfatiza un enfoque humano y digno hacia quienes se ven obligados a dejar sus hogares en busca de mejores oportunidades.
La estrategia presentada por México ante la CELAC se basa en un modelo de movilidad que aborda las causas estructurales de la migración. Bárcena destacó la importancia de abordar la migración desde una perspectiva regional, reconociendo factores como la pobreza, la violencia, la desigualdad y el cambio climático como causantes del fenómeno migratorio.
El modelo único de atención propuesto contempla soluciones integrales que van más allá de medidas superficiales. La idea es convertir la migración en una opción, no en una obligación. Para lograr esto, es crucial atender las causas profundas y de raíz que impulsan a las personas a abandonar sus lugares de origen.
En este sentido, la canciller Bárcena subrayó la necesidad de trabajar en conjunto con los países de la región para implementar políticas que promuevan el desarrollo sostenible y la creación de oportunidades en las comunidades de origen de los migrantes.
La postura de México en la CELAC refleja un compromiso con la justicia social y la protección de los derechos humanos, sentando las bases para una cooperación regional efectiva en materia migratoria.