López Obrador acusa simulación y vínculos partidistas en la marcha convocada por los conservadores cuyo único orador será Lorenzo Córdova.
El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), arremetió contra el exconsejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova, por su participación como orador en la ‘Marcha Por Nuestra Democracia’, convocada por el bloque opositores y grupos conservadores.
El mandatario acusó a Córdova de ser un simulador y lo señaló como un personaje que, a pesar de aparentar independencia y pertenecer a la sociedad civil, tiene vínculos partidistas.
“Simuladores que aparentan ser de la sociedad civil, independientes. Miren, el que fue director del INE no se toca”, ironizó López Obrador.
En tono irónico, AMLO resaltó la aparente preocupación de Córdova por la democracia y el pueblo, cuestionando su autenticidad.
Además, el presidente afirmó que Córdova recibía órdenes directas del presidente cuando era necesario recabar firmas para candidaturas, insinuando un control político desde la máxima autoridad.
La crítica de López Obrador surge en el contexto de la anunciada participación de Lorenzo Córdova como orador único en la ‘Marcha Por Nuestra Democracia’, que está programada tras la presentación del paquete de reformas constitucionales propuestas por el propio presidente para el 5 de febrero.
Dentro de estas reformas, se incluyen iniciativas que ya habían fracasado previamente en el Congreso, como el intento de trasladar al Ejército el control de la Guardia Nacional, contradiciendo la promesa inicial de mantenerla como un cuerpo de seguridad civil.
Además, se espera que se aborde una controvertida iniciativa eléctrica destinada a contrarrestar la reforma energética que permitió la inversión privada durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.
Este último paquete de iniciativas constitucionales será presentado por López Obrador antes de concluir su mandato en octubre.
La participación de Lorenzo Córdova en esta marcha y las críticas de AMLO generan un nuevo capítulo en la tensa relación entre el actual gobierno y las instituciones electorales, marcando un hito en la polarización política que ha caracterizado la escena mexicana en los últimos años.