La primera lluvia de estrellas del año, las cuadrántidas, alcanzará hoy su pico máximo de actividad. Permitiendo la observación de hasta 100 meteoros por hora, según cálculos de astrónomos. Este fenómeno astronómico, visible principalmente desde el hemisferio norte, llena el cielo nocturno de destellos luminosos.
El ciclo de las cuadrántidas comenzó el pasado 28 de diciembre y se extenderá hasta el 12 de enero. Los especialistas recomiendan la mejor visualización durante la última hora de la noche. Es decir, antes del amanecer, cuando la luz solar aún no interfiere con la visibilidad de los meteoros.
La agencia espacial estadounidense señala que los cielos despejados y oscuros del hemisferio norte permitirán apreciar con mayor claridad el fenómeno. Mientras que en el hemisferio sur solo será visible parcialmente.
Esta lluvia de estrellas se encuentra entre las más activas del año. Junto a las perseidas de agosto, conocidas como las lágrimas de San Lorenzo, y las gemínidas de diciembre.
Las cuadrántidas fueron identificadas en 2003 por el astrónomo Peter Jenniskens. Quien las asoció con el planeta menor (196256) 2003 EH1. Posiblemente relacionado con el cometa C/1490 Y1, observado por astrónomos chinos, japoneses y coreanos hace aproximadamente 500 años.
El punto radiante de esta lluvia de estrellas se localiza en el extremo norte de la constelación de Boyero, cerca de la Osa Mayor, entre el mango de esta y la cabeza de la constelación de Draco. Este punto de origen explica la mejor visibilidad desde latitudes septentrionales, aunque es posible observarla parcialmente hasta los 50 grados de latitud sur.
Esta lluvia de estrellas cuyo nombre científico es “cuadrántidas” proviene del asterismo Quadrans Muralis, designado en 1795 por el astrónomo francés Joseph Lalande, al incluir partes de las constelaciones Boyero y Draco.
En enero de 1825, Antonio Brucalassi reportó desde Italia una multitud de estrellas fugaces cruzando la atmósfera. Mientras que en 1839, Adolphe Quetelet del Real Observatorio de Bélgica y Edward C. Herrick en Connecticut concluyeron de manera independiente que se trataba de un evento anual.
Con cielos despejados y condiciones óptimas, la lluvia de estrellas cuadrántidas ofrece un espectáculo celeste que no deja de maravillar a los observadores año tras año.