Reproduzco una conversación con un joven universitario, a manera de ficción realista:
Es verdad amigo, nos sentimos como una juventud castrada. Desde los noventas buscábamos chamba en los avisos de ocasión de los diarios y encontrábamos la advertencia: Se requieren profesionistas jóvenes. Egresados de la UNAM o el IPN, abstenerse de acudir.
Nos cerraban el futuro por revoltosos, aunque estuviéramos bien preparados. Luego quisieron hacernos pagar por la educación y todavía nos quedaban arrestos para movilizarnos y protestar, pero luego de varios meses de resistencia activa vino la represión: el ejército disfrazado de policía ocupó el campus universitario, y no pudimos responder, el desgaste era mucho.
A partir de entonces, los halcones recibieron credencial de universitarios y funcionaron como porros en las facultades, las preparatorias y los CCH.
Los académicos también fueron reprimidos o cooptados, la libertad de cátedra cedió ante la zanahoria de los incentivos económicos o el garrote de la congelación profesional.
La educación sólo debería producir “buenos empleados de las empresas” y, ya ves los anuncios de empleos nos rechazaban desde antes de presentarnos.
Cualquier situación que nos convocaba a participar se frustraba: una bola de dizque extremistas (en realidad porros) armaba el pedo y nos quedábamos con las ganas de participar. Entre represión y desprestigio nos tuvimos que morder lo que te platiqué y aguantar en silencio.
Pequeños grupos nos animábamos a concurrir a algunas manifestaciones, pero el grueso se abstuvo.
Incluso en las movilizaciones del Peje nos abstuvimos, ya se nos habían adelantado los porros y preferimos deslindarnos y actuar como simples individuos.
Nos dio vergüenza que en la Ibero fueran más valientes y corretean a Peña Nieto y formaran su #Yo soy 132… los dejamos solos.
Tiene razón el presidente López Obrador, nos hicieron neoliberales e individualistas: Cada quien para su santo.
Eso fue lo que nos enseñaron y así lo vimos por todos lados, en la tele, en el cine, en las reuniones de amigos, incluso en las familias, cuantimás en la escuela.
En la universidad nos dimos cuenta que el que tiene más saliva traga más pinole y, ni modo y ni manera, dijo Pánfilo Natera, aprendimos que el que no transa no avanza, y tantos otros dichos que sustituyeron las clases de filosofía y de economía, no se diga derecho.
Todos, en lo individual, somos lopezobradoristas, estamos con la 4T, lo vivimos en nuestras casas y con los amigos, pero hasta ahí; hay que asegurar la papa y así, calladitos nos vemos más bonitos.
Fíjate, amigo, año con año hay carretonadas de rechazados que nos reclaman solidaridad. ¿Tú crees que podemos arriesgar nuestro espacio para darlo a otros? No.
Ya no cabemos en las aulas, el presupuesto es para los lujos y privilegios de los peces gordos, esas camionetonas, los sueldazos, las oficinotas y demás superficialidades sólo comprueban los dichos de la filosofía popular neoliberal. ¡Vaya contradicción!
Sí, le vamos a Pumas pero nada significa para nosotros, es puro negocio y atole con el dedo para sentirnos competitivos.
A mí me tocó vivir otra universidad –digo yo- y aunque estudié ingeniería química y éramos medio conservas, nos identificábamos con causas justas, pugnamos por la humanización de nuestra formación profesional. Yo lo viví con gran intensidad porque fui dirigente estudiantil a nivel nacional e internacional.
Dábamos nuestra lucha, pero de repente se apareció el MURO a romper todo y a imponer su premisa dizque cristiana pero muy anticomunista; luego vino el 68 y participamos.
Crearon la materia de “Relaciones Humanas” y me tocó ser el primer profesor de la materia por la que habíamos empujado, mi texto eran los periódicos diarios para leer en la clase y discutirlos. La audiencia rebasó el aula originalmente asignada.
Me sumé con el Ing. Castillo y arropé al Consejo de Huelga de la Facultad en las oficinas de la Asociación de la Industria Química (ANIQ).
Creo que la UNAM merece volver a hablar por nuestro espíritu. Basta ya de susurros: la historia que hoy vive México no se comprende sin los universitarios.
______