Por Gerardo Fernández Casanova / [email protected]
Nunca antes como hoy, les deseo un muy feliz año. La transformación de la vida nacional hace frente a una diversidad de obstáculos.
Entre ellos destaca, desde luego, la pandemia del virus del Covid-19 cuya mortandad ya rebasa las 130 mil personas, con desastrosos efectos sobre la economía, el bienestar de la población y con la ocupación de cuantiosos recursos del erario.
El problema de causa natural impredecible, se ve incrementado ante dos factores de índole administrativa y social.
Uno es el grave deterioro del aparato de salud del estado, destruido por la mezcla de políticas de corte neoliberal privatizador.
Entre otras, el mal llamado “seguro popular” y el rechazo a los aspirantes al estudio de la medicina en universidades públicas, gracias al cual padecemos un déficit de más de 200 mil profesionales en la materia.
Ha sido un esfuerzo titánico de la sociedad y del gobierno el vertiginoso aumento de la capacidad de atención tanto en equipos hospitalarios como en recursos humanos, hasta ahora no rebasados por la enfermedad, aunque el rebrote registrado desde octubre coloca en situación crítica (90% de ocupación) en las zonas metropolitanas de la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara.
Es destacable la respuesta de la mayoría de la población que ha atendido con gran esfuerzo y sacrificio a la convocatoria al aislamiento.
Así como a la adopción de las medidas preventivas, sin necesidad de medidas autoritarias que, además, resultarían contraproducentes en las condiciones de pobreza que se tienen en el país.
Mediante un esmerado proceso de negociación ya se cuenta con la vacuna desde el 24 de diciembre.
En el inicio de la vacunación masiva en todo el territorio nacional, se aplicaron a razón de 450 mil vacunas semanales del primer contrato con Pfizer-BioNtech que se verán incrementadas por acuerdos en marcha con Cansino, AztraZeneca, Sputnik V y otras, lo que coloca a México en la vanguardia mundial en vacunación.
Se cuenta con la planeación idónea que prioriza al personal de salud directamente involucrado en la atención Covid, seguido por la población adulta mayor de 60 años.
El despliegue de una amplia organización logística distribuyó el cargamento de 450 mil dosis recibidas el 13 de enero a las 9:00 AM en el aeropuerto de la CDMX a los centros de vacunación en los 32 estados de la república con 86% de eficacia, sólo atrasada por causas meteorológicas en Oaxaca y Chiapas.
Una fuerza humana de 10 mil brigadas de 12 componentes cada una o sea 120 mil personas, se hará cargo del esfuerzo de vacunación masiva a toda la población, tanto rural como urbana.
Se garantiza la vacuna de aplicación universal y gratuita. La esperanza se hace realidad mediante una operación gubernamental con insospechable compromiso y vocación.
Otro obstáculo a la transformación, menos dramático que la pandemia, pero tal vez de mayor letalidad por el efecto de la enorme desigualdad de la sociedad, es el que se genera por el cúmulo de candados y minas sembrados por el régimen neoliberal con el fin de perpetuarse sin importar quién gobierne.
Las reformas “estructurales”, los organismos autónomos que realizan funciones de Estado pero sin el Estado, los contratos de asociaciones público-privadas a largo plazo y, subrayadamente, la deuda pública en todas sus modalidades.
Todo esto aderezado por acuerdos de protección de inversiones y tratados de comercio que aherrojan al gobierno y limitan su capacidad de actuación.
Agregue usted el efecto de la oposición conservadora que no pierde ocasión para obstaculizar y desacreditar la acción del gobierno transformador; ahora hasta pretenden silenciar las conferencias matutinas del Presidente, con el pretexto de la temporada electoral federal.
No obstante todo lo anterior, la transformación avanza. Podría hacerlo a mayor velocidad y con mayor eficacia si corriera libre de obstáculos.
Están instaurados y funcionando los programas de apoyo a la población más necesitada, con pensiones para adultos mayores y menores con discapacidad; las becas para todos los niveles educativos; apoyos directos mediante jornales a sembradores y cultivadores de árboles frutales y maderables, productores de alimentos básicos, incluidos pescadores y cafeticultores; apoyos a jóvenes en programas de aprendizaje; microcréditos a microempresarios.
Y varios más que le llegan al beneficiario de manera directa sin intermediación de ningún tipo, mucho menos la política.
No sin razón se critica que son acciones que influyen en lo electoral. Lo que pasa es que en una verdadera democracia las elecciones se ganan todos los días, no sólo en campañas electorales.
Es obvio que un gobierno que sirve al pueblo todo el tiempo reciba merecidamente el apoyo popular, por más minas, candados y berrinches mediáticos de la oposición conservadora y sus corifeos. Vamos a seguir ganando.
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