Estos días anda circulando un estudio realizado por Gallup, donde se realizó una pregunta a los ciudadanos estadounidenses sobre qué tan satisfechos están con la inmigración.
La mayoría de los estadounidenses hoy desean, según este estudio, “menos inmigración”.
Veamos: para empezar la pregunta formulada en este estudio es un poco tramposa. En realidad dudo que haya alguien que quiera que la inmigración continúe como hasta hoy, o sea, sin que nadie haga nada al respecto y con bastante desorden en todos los sentidos.
Con la pregunta de Gallup, lo que se está haciendo es desviar la atención de lo que sí es importante preguntarle a los estadounidenses, como por ejemplo:
Bajo las actuales circunstancias, el preguntarle a los ciudadanos si están “satisfechos” o “insatisfechos”, es de partida una pregunta ingenua porque es obvio que la mayoría de la gente está cansada, cansada de la incompetencia de sus políticos, cansada de escuchar los dimes y diretes todos los días, cansada de que al respecto no se haga nada.
Pero, como siempre, se busca culpar a las víctimas y se ignoran las causas de la problemática. Realizar estudios con expertos y profesionales para llegar a la conclusión de que “los estadounidenses están consternados por la inmigración”, es como decir que la gente apenas se dio cuenta de que existe dicho tema del cual, por cierto, se habla todos los días tanto en los medios corporativos como en la política, y no se diga cada que hay elecciones.
Cómo podría alguien esperar a que la gente esté “satisfecha” con la inmigración irregular si no han habido soluciones de raíz, si no ha habido siquiera una reforma que ayude aunque sea un poco a aliviar el problema.
No ha habido más que palabrería, promesas e injurias contra los actores principales de este debate que son, precisamente, los mismos inmigrantes.
Esa “insatisfacción” de la que habla Gallup y que repiten los medios de comunicación convencionales, desde luego que sí existe pero es principalmente una “insatisfacción” hacia aquellos que no han hecho nada para solucionar esta problemática.
Y, más que insatisfacción es frustración y enojo colectivos. Y estos sentimientos de frustración y enojo deben de ser apuntados hacia quienes crearon este problema y no hacia los inmigrantes, quienes son las principales víctimas de todo el embrollo.
¿Va en aumento el desencanto de la ciudadanía? Desde luego que sí, y ni siquiera se necesitan encuestas de Gallup para probar este punto. Pero, ¿y luego?, ¿qué se va a hacer?
Más allá de estudios, gráficas, encuestas y estadísticas, es hora de pasar a una acción que vaya de la mano con una solución.
Marco I. Dávila C. | Email: [email protected] | Facebook: Ixtli Amoxtli
____