En una jornada cargada de simbolismo y emoción, los Diablos Rojos del México lograron un triunfo histórico al coronarse campeones de la Zona Sur de la Liga Mexicana de Béisbol, una hazaña que los catapulta a la esperada Serie del Rey. Este logro coincidió con el sexto y último informe de gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, realizado en el Zócalo capitalino, a tan solo unos kilómetros del estadio Alfredo Harp Helú, donde los Diablos desataron la euforia de sus seguidores.
Mientras López Obrador rendía cuentas de su administración, recordando a la nación los logros y desafíos de su mandato, en el diamante, los Diablos Rojos escribían su propia historia al vencer a los Guerreros de Oaxaca en un apretado 3-2 en la serie.
Para los aficionados al béisbol, no es sorpresa que el presidente López Obrador sea un ferviente amante de este deporte. Su pasión no solo se ha evidenciado en sus conocidos entrenamientos, sino también en las políticas públicas que han mejorado los estadios de béisbol en varias ciudades del país, dejando un legado en Hermosillo, Ciudad Obregón, Veracruz, Tabasco, Campeche, Cancún y, en el futuro cercano, Nayarit y Mérida.
El domingo por la tarde, con un cielo despejado y la promesa de un juego inolvidable, los Diablos Rojos lograron lo impensable: revertir una desventaja de 3-0 en la Serie de Campeonato contra los Guerreros de Oaxaca. Este increíble regreso es el primero en los 84 años de historia del equipo capitalino, convirtiendo al juego decisivo de este domingo en una fecha para la memoria colectiva de los aficionados al béisbol.
La Serie del Rey, que comenzará este martes 3 de septiembre en el estadio Alfredo Harp Helú, enfrentará a dos de las franquicias más emblemáticas de la Liga Mexicana de Béisbol: los Diablos Rojos del México y los Sultanes de Monterrey.
Ambas escuadras llegan con la ambición de reafirmar su dominio en el béisbol nacional, trayendo consigo una rica historia de rivalidad y logros. Los Diablos, con un impresionante récord de 71-19 en la temporada regular, buscarán su decimoséptimo título en la LMB. Por su parte, los Sultanes, con 53-37, aspiran a añadir un undécimo trofeo a sus vitrinas.
La ciudad se prepara para recibir una serie que promete ser épica, cargada de emoción y pasión por el béisbol. En las gradas del Alfredo Harp Helú, los gritos de los aficionados serán un eco del sentimiento nacional, una celebración de lo que significa el deporte en la cultura mexicana.
Mientras el país se prepara para el cambio político con la conclusión del sexenio de López Obrador, en el campo de juego, los Diablos Rojos buscarán ser los protagonistas de su propia transición: la de volver a ser campeones.
El destino se ha alineado para que este 1 de septiembre sea recordado no solo por el último informe de un presidente amante del béisbol, sino también por la resiliencia y el espíritu de un equipo que se negó a rendirse. Un día en que la política y el deporte se encontraron, recordándonos que, a veces, las historias más grandes se escriben en lugares inesperados.