El régimen neoliberal fue diseñado para permanecer vigente aún sin contar con un gerente propio en la presidencia de la República.
La tarea ya la habían realizado los cinco últimos presidentes y el país indómito ya había sido suficientemente aherrojado con recias cadenas.
Podía la democracia hacer valer la voluntad del pueblo en una elección, pero no pasaría de ser un alarde justiciero ineficaz.
Las cadenas y los candados cancelarían los afanes de justicia y libertad de la patria. Prometeo quedaría encadenado.
La Comisión Federal de Electricidad, en ocasión de su 84 Aniversario, produjo un documental dirigido a sus trabajadores que no tiene desperdicio para ser ampliamente difundido entre la sociedad.
Por la claridad con que expone la historia desde su creación, decretada en 1937 por el presidente Cárdenas, destinada a proveer de electricidad a toda la población con criterio de justicia y progreso, ajeno al de rentabilidad o lucro con que operan las empresas particulares, criterio al que no pueden supeditarse los servicios públicos estratégicos.
Tal decisión histórica fue completada por el Presidente López Mateos, 20 años después, al disponer la nacionalización de la Mexican Light and Power Co. que proveía el servicio en el centro del país.
Ambos presidentes fueron objeto de la diatriba y la mofa de parte de los conservadores de siempre que auguraban el fracaso de los esfuerzos emancipadores.
No tuvieron razón ni éxito sus intentos retardatarios.
Los mexicanos realizamos la enorme hazaña de electrificar a casi el 100 por ciento del país, alcanzando en los años setenta la capacidad suficiente para satisfacer la demanda de energía hasta por 30 años más.
Técnicos y trabajadores electricistas mexicanos fueron capaces de cumplir eficazmente la tarea, como también lo hicieron los petroleros y muchos otros gremios.
Era Prometeo beneficiando a la humanidad, contra los designios de Zeus. El estado mexicano sirviendo a su población contra los deseos del Gran Capital.
Encolerizado, Zeus ordenó encadenar a Prometeo.
De igual forma el Gran Capital armó la crisis de la deuda externa, forzó las renegociaciones e impuso las cadenas del neoliberalismo, contando con el alegre concurso de quienes, catequizados en sus escuelas, se hicieron del poder fraudulentamente para realizarlo.
México quedó devastado y encadenado.
Reformas legales, rompimientos organizacionales y contratos leoninos ataron de manos y pies a la empresa para, de manera vil y antipatriótica, forzar la quiebra de la CFE y fertilizar artificialmente a los particulares, con especial dedicatoria a los hispanos.
Los acuerdos de protección de inversiones, entre otras linduras, someten a tribunales especiales y extranjeros los posibles litigios sobre modificaciones legales o contractuales, en los que siempre pierden los gobiernos del signo que sean.
No queda más que negociar y tratar de limar las aristas del daño, aunque lo grueso quede intacto, manteniendo el flujo de recursos del pueblo para beneficiar los caudales de los poderosos.
Algo ha podido avanzar la 4T y la administración patriótica en reducir los daños, pero es mucho lo que falta por corregir.
No es entendible que un par de jueces anulen decisiones del poder legislativo ni que organismos autónomos como la Comisión para la Competencia (COFECE) o la Reguladora de Energía continúen actuando en contra de los intereses de la nación.
Hay que transformar a fondo, de raíz, para recuperar la soberanía del estado y del pueblo.
El Presidente López Obrador ha sido cauto pero tenaz.
Primero invitó al diálogo y fue desoído.
Luego emitió un decreto que recibió el rechazo judicial; posteriormente el legislativo aprobó una iniciativa de reforma legal respecto de la cual el par de jueces de marras repartieron amparos como tortillas en taquería.
Viene ahora una iniciativa de reforma constitucional que requiere de mayoría de dos tercios para ser aprobada en el legislativo, muy difícil de lograr dadas las posturas antipatrióticas de algunos grupos de la oposición.
Habrá que movilizar al pueblo entero para exhibir y presionar a quienes se opongan exponiendo todos los argumentos de la razón que nos asiste.
Es asunto vital para nuestro desarrollo como país soberano que busca la justicia y el bienestar social.
Imagen: Prometo del Pomona College (en) (1930) de José Clemente Orozco en Pomona College
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