Por Marco I. Dávila | Email: [email protected] | Facebook: Ixtli Amoxtli | Instagram: @xmiraza | X: @pormiraza1
La promesa de Donald John Trump de deportar “en masa” a los indocumentados (en caso de ganar la presidencia) no tiene sentido, no es seria y en los hechos no funciona. Con ello simplemente no se solucionaría absolutamente nada de ese problema mal llamado “sistema migratorio roto”.
Suponiendo que gana Trump la presidencia, suponiendo que deportan a absolutamente todos y cada uno de los indocumentados que viven en Estados Unidos. ¿Y luego? ¿Y si deportan a todos, en serio creen que ese mugre muro va a detener el diario flujo de migrantes? La historia misma del muro es prueba de su ineficacia.
¿De qué sirve ese muro si los grandes problemas como la inseguridad, la falta de empleos, la falta de acceso a salud y a educación aún persisten en los países exportadores de migrantes? ¿De qué sirve tener como objetivo las deportaciones si su muro no sirve para nada?
El muro jamás ha servido para una tiznada, actualmente no sirve y en el futuro, aunque lo terminaran de construir todo completito hasta el último milímetro, seguirá sin cumplir su supuesto propósito para el que fue creado.
¿Cómo quieren que millones de personas pobres, desesperadas, dispuestas a mejorar su condición de vida y en busca de trabajos mejor pagados, entiendan la forma de pensar del típico conservador estadounidense? Han de creer que con regaños van a persuadir a los migrantes. Vayan, pues, y explíquenle a millones de personas desesperadas alrededor del mundo que brincar el muro es una acción “ilegal”.
El muro es algo así como un símbolo del pensamiento conservador, que consiste en deshumanizar a las personas y no voltear a ver las causas del problema para encontrarle una verdadera solución.
En concreto, el muro no sirve, las deportaciones no sirven y de los conservadores mejor ni hablamos.