La detención de Jesús Echeverría Peñafiel, conocido como “El Topo”, ha desatado una ola de violencia en Chilpancingo, Guerrero.
La Fiscalía General de la República (FGR), considera que el “El Topo” es uno de los principales generadores de violencia en Guerrero.
La FGR señala que este individuo se presentaba como miembro de la Policía Comunitaria UPOEG, pero en realidad era el brazo armado del grupo delictivo “Los Ardillos” que opera en Guerrero.
“El Topo” ejercía su control como jefe de plaza en las comunidades de Rincón de la Vía y Cajelitos, donde tenía bajo su dominio el corredor del Valle del Ocotito, desde La Haciendita hasta Rincón de la Vía.
Esta ruta la utilizaron para transportar y distribuir droga sintética, así como para cometer robos de autos y ganado.
Además de su participación en actividades delictivas, Jesús Echeverría también lideraba la agrupación de taxistas de Tierra Colorada.
En este rol, se encargaba de recaudar pagos de cuotas por parte de los transportistas.
El 5 de julio en la carretera nacional México-Acapulco, arrestaron al El Topo junto con otro individuo identificado como Bernardo “C”.
A ambos los trasladaron a la delegación de la FGR en Chilpancingo, donde posteriormente los vincularon a proceso y permanecen en prisión preventiva en un lugar no especificado por las autoridades.
La detención de Jesús Echeverría y Bernardo “C” provocó la ira de transportistas y pobladores ligados al grupo delictivo Los Ardillos en Guerrero.
Estos individuos retuvieron a varios policías estatales, agentes de la Guardia Nacional y un camión blindado.
Además, causaron destrozos en Chilpancingo, lo que generó caos y colapso en la ciudad.
La violencia continuó el lunes con una marcha en la que participaron más de 2 mil personas. Durante la manifestación, se tomaron temporalmente las sedes estatales del poder Ejecutivo y Legislativo, así como la delegación de la FGR.
La marcha, organizada en las comunidades y municipios del circuito Río Azul, que abarca desde Chilpancingo hasta Quechultenango.
Durante la manifestación, se pidió apoyo para “los amigos del pueblo”.
En algunos lugares, como el poblado de Petaquillas, las personas prácticamente las obligaron a participar o enfrentar multas que oscilaban entre los 500 y 2 mil pesos.
La detención de “El Topo” ha desencadenado una serie de eventos violentos en Chilpancingo, revelando la complejidad y el desafío que representa combatir a los grupos delictivos en la región.
Las autoridades continúan trabajando para mantener el orden y brindar seguridad a la comunidad afectada por estos actos de violencia.