Joe Biden, presidente de Estados Unidos, demandará al gobierno de Texas por el muro flotante antiinmigrantes colocado en el Río Bravo, advirtió.
La medida del gobernador Greg Abbott en la frontera con México, es inhumana por lo que Biden expresó que tomará acciones ilegales. El muro flotante representa riesgos a la navegación, seguridad pública e inquietudes humanitarias, manifestó.
El muro flotante en el río Bravo forma parte de la operación anti inmigrantes del gobernador Greg Abbott en la frontera con México.
Biden destacó que la barrera flotante es ilegal. Ya que la ley federal prohíbe obstrucciones a la capacidad navegable de las aguas de Estados Unidos sin autorización del Cuerpo de Ingenieros del Ejército.
Las boyas, dijo, representan riesgos a la navegación, seguridad pública y generan inquietudes humanitarias por la crueldad que implica.
Abdullah Hasan, portavoz de la Casa Blanca, declaró que las acciones de Abbott están socavando el plan efectivo de control fronterizo y dificultando el trabajo de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP).
Ante estas acusaciones, el gobernador Abbott afirmó en Twitter que Texas tiene la autoridad soberana para defender su frontera.
Su operativo multimillonario ha incluido alambre de púas y arrestos a migrantes bajo cargos de invasión de propiedad privada.
La Operación Estrella Solitaria está bajo escrutinio debido a testimonios de agentes que denunciaron la negación de agua a personas en movilidad. Además de las órdenes para empujar solicitantes de asilo de vuelta al Río Bravo.
Este operativo incluye la instalación de boyas, cubriendo 305 metros del río con anclajes en su lecho.
Aunque el gobierno federal señala que los cruces irregulares han disminuido, más de 80 legisladores demócratas han instado a Biden a investigar las acciones de Abbott. Las cuales calificaron como “peligrosas y crueles” para los buscadores de asilo.
En su carta, los legisladores expresan su preocupación por las políticas fronterizas de Texas. Porque podrían estar infringiendo tratados bilaterales entre Estados Unidos y México, incluyendo los tratados de la Frontera de 1970 y el Mexicano del Agua de 1944.
La controversia en torno al muro flotante sigue creciendo. Tanto el gobierno de Texas como el federal se mantienen en posiciones opuestas respecto a su legalidad y humanidad.
Mientras tanto, la situación en la frontera es un tema candente y de gran importancia política en Estados Unidos.