Por Berna Valle @BernaValle1
El día de ayer amanecimos con la noticia de un extenso apagón en el norte del país. Ni tardo ni perezoso el ex presidente Calderón se apresuró a culpar al gobierno de la Cuarta Transformación del suceso.
Y ya que la oposición y sus infodemiólogos está tan interesados en hacer un análisis sobre el suceso, me gustaría entrarle al ring.
Es importante señalar que un sistema de suministro eléctrico, debe ser continuo, constante, confiable y sobre todo producir energía al menor precio posible.
Nuestro país está bendecido por muchos recursos naturales, entre ellos una gran cantidad de ríos, los cuales pueden ser aprovechados para producir energía eléctrica de la forma más barata, confiable, constante, y -con las medidas adecuadas- de la forma más ecológica posible.
Así sucedió durante décadas, en las cuales la energía eléctrica fue muy barata en México. Y aunque somos conscientes de los muchos vicios que traían las paraestatales mal administradas, nada se compara con el voraz saqueo de los gobiernos neoliberales.
El problema de la energía hidroeléctrica, es que no hay mucho de dónde hacer negocios neoliberales -me refiero a robar al estilo tecnócrata mexicano-. Salvo en la construcción de la propia presa, pero fuera de eso, el propio río y su peso son el combustible de la planta generadora.
Los gobiernos neoliberales, hambrientos de saquear al país, idearon una forma donde la generación de la energía eléctrica siempre usaría un combustible que debería ser comprado. Se llaman plantas de ciclo combinado.
La planta de ciclo combinado opera del siguiente modo: En lugar del flujo de agua de un río; se compra y se quema gas.
El gas alimenta una turbina que mueve un generador eléctrico, entonces se produce electricidad.
La enorme ventaja para saquear es que el gobierno mexicano siempre tendrá la necesidad de comprar gas, construir gasoductos desde Texas hasta Guanajuato, darle mantenimiento a los gasoductos de las empresas extranjeras, todo con dinero del pueblo.
De otro modo no hay electricidad. Gracias a este modelo de negocios, los pequeños ricos de la oposición, se hicieron de contratos multimillonarios en un esquema de robo descarado al pueblo.
Aunque parecemos disco rayado, esta nueva configuración de planta de energía es la base de la reforma energética de Enrqiue Peña Nieto.
Implicó la construcción de los gasoductos PRIVADOS pagados por el pueblo, la construcción de plantas de ciclo combinado PRIVADAS pagadas por el pueblo, y todas las adecuaciones de infraestructura… pagadas por el pueblo.
El descaro del matrimonio surgido en el Pacto por México, es afirmar que esta forma de generar energía es una forma de ¡Energía limpia! ¡Quemando gas!
Aquí entra otra de las grandes distorsiones de la oposición. Decir que el gobierno de la cuarta transformación desdeña las energías limpias como la energía eólica y la energía solar. Esto, sin lugar a dudas, es una mentira.
En primer lugar, la prioridad de los gobiernos neoliberales fue construir las plantas de ciclo combinado que son las que producen mayores emisiones de gases de efecto invernadero en el sector enérgetico.
Además es importante señalar que las energías eólicas y solares sólo producen energía de manera esporádica e irregular. En el caso de la energía solar, no produce energía de noche, ni con clima nublado.
El problema es más que obvio, trate de mover la industria nacional sólo en días soleados.
Hoy en día, las plantas que tienen preferencia para aportar luz a la red eléctrica de la CFE, son las plantas de ciclo combinado.
Esa es la herencia de la reforma enérgetica: dañar al planeta y joder al pueblo.
Esta brutal campaña de los gobiernos neoliberales para difundir mentiras y miedos, solo tiene la motivación de regresar a saquear al país, y trae consigo un problema más grande que el propio desfalco. Nos referimos a la soberanía nacional.
En noviembre de 2020, presenciamos cómo una empresa privada canceló las cuentas de redes sociales de un presidente por considerar inadecuada su ideología.
Vimos que las reglas comerciales de Estados Unidos, permiten que una empresa privada tenga control sobre la vida democrática del país más grande de América.
¿Qué no podrán hacer esos empresarios, con un país como el nuestro, que tiene su suministro de ciclo combinado dependiendo de empresas transnacionales radicadas en Texas?
La forma en que los gobiernos neoliberales dejaron configurado el sistema eléctrico nos deja en una total indefensión. Estamos en las manos de los intereses privados de ciertas empresas trasnacionales.
La tormenta invernal que congeló las turbinas de ciclo combinado de Texas, nos dejó entender nuestra realidad: Una empresa privada o un gobierno extranjero, puede cortar el suministro de gas y dejarnos sin electricidad cuando así lo decidan. Esta falta de control de nuestra soberanía podría permitir a una empresa o un gobierno extranjero extorsionar a México por un motivo ideológico o comercial.
El apagón que sufrimos en el norte del país, esta vez se debió a un corte del suministro de gas natural desde Texas debido a una tormenta invernal.
Pero nos deja ver, que esto mismo podría pasar si un político o un empresario americano, así lo decidiera por cuenta propia. Así de graves son las consecuencias de la voracidad de la oposición.
Es por ello, que el suministro de energía eléctrica debe ser considerado un tema de seguridad nacional. Es necesario realizar una contrarreforma energética para dar marcha atrás a este esquema voraz que no sólo saquea al país, sino que nos deja en una total indefensión.
Ante este escenario tan desolador que nos dejaron estos gobiernos neoliberales, pongo mis esperanzas en nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador y en el proyecto de la cuarta transformación. Este 6 de junio, ni un voto a la derecha. #Voto masivo a Morena
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M21