El presidente Andrés Manuel López Obrador subrayó que el Estado es responsable de la seguridad por lo que cuando surgen “guardias blancas” o “autodefensas” le genera desconfianza porque se infiltran maleantes.
“La responsabilidad de la seguridad corresponde al estado. No soy partidario de que la gente se arme y forme grupos para enfrentar a la delincuencia”, dijo en conferencia de prensa.
Señaló que “el Estado tiene que cumplir su responsabilidad de garantizar la paz y la tranquilidad, para eso nos eligieron y eso es lo que tenemos que hacer, aplicarnos más y que haya paz, tranquilidad en el país”.
Sobre el clima de enfrentamientos que se vive en Michoacán recordó que la entidad “se descompuso mucho” y como apunte para los jóvenes recordó cuando el gobierno federal declaró la guerra al narco, olvidando a la población que quedó en el desamparo.
“Imagínense, ¿a quién se le ocurre declarar la guerra y aplicar estrategias de exterminio sin atender siquiera los problemas sociales, abandonando a los jóvenes, dejando a la gente pobre en el desamparo y queriendo resolver todo con medidas coercitivas?”, expresó.
Y haciendo el ademán recordó cómo las autoridades federales, frente a las cámaras de televisión, envalentonadas retaron a las organizaciones criminales.
“Ustedes están jóvenes, ya no se acuerdan, pero se ponían así, frente a las cámaras y ‘sepan, señores delincuentes, que no nos va a temblar la mano, la ley es la ley’, puras baladronadas cuando estaba la robadera en el gobierno en alta”.
El gobierno de ese entonces, dijo daba el mal ejemplo y no atendía a los jóvenes ni atendía a los pobres ni al pueblo.
Y es que en 2006, Felipe Calderón, quien “haiga sido como haiga sido” llegó a la presidencia por la puerta de atrás, desplegó seis mil 500 elementos del ejército en Tierra Caliente, Michoacán en una estrategia que denominó “Operativo Conjunto Michoacán”. La instrucción fue combatir al crimen organizado “por cielo, mar y tierra”.
El presidente López Obrador reiteró que en los gobiernos que le precedieron la frontera entre la delincuencia y la autoridad estaba desdibujada.
“Anteriormente no había fronteras, no se sabía dónde terminaba la delincuencia organizada y dónde iniciaba la delincuencia de cuello blanco (…) era lo mismo, había contubernio. Y si me dicen que quieren pruebas, ahí está el caso de García Luna. (…) Entonces, ya hay una frontera bien definida entre autoridad y delincuencia”.
Eso, aseveró “ya cambió, es otra estrategia. La paz es fruto de la justicia”.
Por lo que aquellos que piensan que tiene mucho poder y van a seguir dañando a la sociedad, a las personas, en sus bienes, en sus vidas y que va a haber impunidad y que lo pueden comprar todo, están equivocados porque no hay impunidad para nadie, aseveró.
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M21