Mientras los legisladores de la 4T están en el estira y afloja con sus pares estadounidenses para frenar el impuesto a las remesas, los del PRI de plano dicen que no van, que mejor se quedan aquí a seguir mirándose el ombligo.
Mientras los legisladores de la 4T están en el estira y afloja con sus pares estadounidenses para frenar el impuesto a las remesas, los del PRI de plano dicen que no van, que mejor se quedan aquí a seguir mirándose el ombligo.
Es más cómodo, dicen, que desde su curul van a seguir brindando todo su apoyo a los migrantes. Así, suponemos, no se ensucian los zapatos y mucho menos se despeinan. Vaya ejemplares de la representación popular, los típicos “comecuandohay” que achacan su ausencia en la comisión negociadora a la falta de “estrategia” de la 4T.
Así es el PRI, dicen en mi pueblo, y mira que los conocen porque nomás duraron 70 años en el poder, y creen saberlas todas, pero no, nada de eso. El PRI como otros trasnochados no se han dado cuenta que la Cuarta Transformación (4T) los desbancó junto con sus aliados panistas hace más de un sexenio.
Dice un libro muy antiguo, ese que leía a ratitos y en fragmentos el último presidente emanado del PRI: “por sus actos los conoceréis”. Así pues, el PRI se explica sólo y lo mismo escupe pa’rriba que se da balazos en el pie.
Total, vayamos al lío. Dice el PRI en voz de su coordinador legislativo en el Senado Manuel Añorve que no irán a Washington a pelear a favor de los migrantes y evitar el impuesto a las remesas.
Manuel Añorve, el líder priista en la Cámara Alta, explicó con voz grave y ceño fruncido que su bancada no irá a la Comisión Plural que pretende dialogar con legisladores estadounidenses. ¿La razón? Porque todo esto, según él, no tiene ni pies ni cabeza: no hay agenda clara, no hay interlocutores definidos, no hay impacto real. Vamos, que ni vale la pena despeinarse. Lo de ellos es el análisis profundo… desde su curul en México.
Y como buenos expertos en institucionalidad (¿quién mejor que quienes la moldearon a su antojo por 70 años?), los priistas no se prestarán al “teatro diplomático” montado, dicen, por Morena. Acusan al oficialismo de querer lavarse la cara en el extranjero mientras en casa, aseguran, rompen la división de poderes, desaparecen organismos autónomos y se reparten el Poder Judicial como si fuera piñata.
“Nosotros sí tenemos una propuesta seria de política exterior”, sentenció Añorve, acompañado de las senadoras Cristina Ruiz y Anabell Ávalos, que tampoco irán a defender a los paisanos. Según ellos, el PRI defiende a los migrantes de verdad, no con viajes simulados sino con algo mucho más poderoso: discursos desde el Senado, boletines de prensa… y buenos deseos.
Eso sí, critican al Gobierno de la 4T por querer quedar bien en Washington mientras —según ellos— hacen malabares electorales en México con acarreados, acordeones y gobernadores entrometidos. ¡Faltaba más! Porque si alguien sabe de elecciones limpias, institucionalidad y respeto internacional… bueno, dejémoslo ahí.
Así que mientras unos cruzan la frontera para frenar un impuesto que podría afectar a millones de familias mexicanas, otros se quedan a “reconstruir” la política exterior. Sin despeinarse. Sin caminar. Y, por supuesto, sin mancharse los zapatos.
¿Así o más claro?