Aunque el gobierno de Estados Unidos respalda a su embajador y Canadá expone inquietud de sus inversionistas, AMLO sostiene que la reforma judicial no ha trastocado la relación con los países del norte.
López Obrador indicó que la suspensión del trato se limita a las embajadas de Estados Unidos y Canadá en México, en respuesta a lo que considera declaraciones injerencistas sobre la reforma constitucional propuesta al Poder Judicial mexicano.
“La relación con los gobiernos continúa, con Canadá y con Estados Unidos; es nada más con las embajadas y en especial, con el embajador de Canadá y de Estados Unidos porque no les corresponde opinar sobre asuntos que sólo competen a los mexicanos”, subrayó AMLO.
En medio de estas tensiones, Canadá ha expresado su intención de no involucrarse en la política interna de México. Según declaraciones del Ministerio de Asuntos Exteriores canadiense, Canadá valora profundamente su relación con México, destacando la reciente visita de la ministra de Exteriores canadiense, Mélanie Joly, como “exitosa”.
Por su parte, el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, también ha mostrado preocupación por la reforma judicial, señalando que podría afectar la democracia en México. López Obrador, en su conferencia matutina, calificó estos comentarios como injerencistas y reafirmó la soberanía de México para decidir sus propios asuntos internos.
El presidente insistió en que la reforma judicial, que incluye la elección popular de jueces y la eliminación de ciertos organismos autónomos, es necesaria para erradicar la corrupción en el Poder Judicial y asegurar un verdadero Estado de derecho en beneficio del pueblo.
La iniciativa se discuteen el Congreso de la Unión y, según López Obrador, no representa una amenaza para la estabilidad económica del país, a pesar de las críticas de algunos sectores.
AMLO concluyó reafirmando que el objetivo de la reforma es fortalecer la democracia, garantizando que los jueces estén al servicio del pueblo y no de una élite minoritaria.