Una minoría rapaz tiene secuestrado al Poder Judicial, por lo que su huelga no repercutirá entre la mayoría de los mexicanos: AMLO
El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) afirmó que la justicia está al servicio de una minoría rapaz, misma que lo mantiene secuestrado, por lo que el paro iniciado por los trabajadores en la víspera, no impactará en la mayoría de los mexicanos.
En su habitual conferencia de prensa en Palacio Nacional, AMLO resaltó que “es un poder tomado, secuestrado, al servicio de una minoría rapaz, de una mafia no solo de la delincuencia organizada”.
Agregó que se trata de una mafia fundamentalmente conformada por los potentados, que se han visto beneficiados por las tropelías de dicho poder.
AMLO afirmó que la justicia está controlado por una “mafia” que incluye a los más acaudalados y poderosos de la sociedad mexicana, los cuales, según él, se han beneficiado de decisiones judiciales que favorecen sus intereses. El presidente subrayó que esta élite ha logrado mantener su influencia, incluso cuando ya no controla el Legislativo, debido a la presencia de una mayoría de representantes populares en el Congreso.
Asimismo, sugirió que la huelga anunciada no afectará a la mayoría de los mexicanos, insinuando que el trabajo de los jueces y magistrados no se percibe como relevante para el bienestar de la población en general.
El conflicto se intensifica en el marco de una reforma que busca, según el gobierno, acabar con la corrupción y el tráfico de influencias en el Poder Judicial. Una de las medidas más controvertidas de esta reforma es la propuesta de que los jueces y magistrados federales sean elegidos por voto popular, una iniciativa que ha generado un amplio debate en la opinión pública.
La reformapresentada por AMLO se propone como una herramienta necesaria para “renovar” el sistema y asegurar que la justicia sea accesible para todos los mexicanos, sin importar su condición social o económica. Sin embargo, los opositores de la reforma argumentan que este tipo de cambios podría socavar la independencia de jueces y magistrados, y politizar aún más la impartición de justicia en el país.
Si bien AMLO ha enfatizado la necesidad de una reforma para garantizar un sistema justo y accesible, la forma en que se implementen estos cambios será crucial para determinar si se logra fortalecer o debilitar el Estado de derecho en México.
El “secuestro” no solo revela una profunda desconfianza hacia este poder, sino que también marca un punto de inflexión en la relación entre los distintos poderes del Estado. El desenlace de este conflicto podría redefinir el panorama político y judicial de México en los próximos años.