La oposición impugnará la elección del 2 de junio, fecha en que el pueblo decidió enterrar al PRIAN y al partido de la Revolución Democrática, el cual dio su último estertor el pasado domingo.
No conformes con hacer el ridículo cantando victoria anticipada, ahora resulta que la oposición impugnará la elección. En lugar de estar redactando su renuncia y mínimo, una disculpa pública a sus simpatizantes, la oposición, en voz de Marko Cortés, se dispone a “hacer el oso”.
Y es que perder no se les da. La imaginación, tampoco. Por eso, en plena cruda por la derrota, el bloque conservador se va contra la elección democrática, porque dicen que fue una “elección de Estado”. ¡Qué, qué!
En este lance más mediático que estratégico ¿sacará la candidata nuevamente su botarga de dinosaurio? Nada se sabe, sólo que a estas alturas deberían tomarse un poco de tiempo para la autocrítica.
Lejos de aceptar la derrota con dignidad, la oposición ha optado por impugnar la elección y no ver la evidencia: Xóchitl Gálvez, su candidata, sólo obtuvo 27,6% de los votos, mientras que la presidenta triunfadora, Claudia Sheinbaum, de la Coalición Seguimos haciendo historia, arrasó con el 59% de los votos. Así o más claro.
El dirigente del Partido Acción Nacional (PAN), Marko Cortés, ha sido una de las voces en denunciar la supuesta ilegitimidad de la contienda. A través de sus redes sociales, Cortés afirmó:
“Reconocemos que los resultados del PREP no nos favorecen, pero también denunciamos que no fue una contienda ni limpia ni legítima, que la cancha nunca estuvo pareja. Por eso, informamos que vamos a impugnar porque se trató de una elección de Estado y revisaremos cada una de las actas en los cómputos porque hay muchas inconsistencias.”
Esta declaración se produce a pesar de la abrumadora diferencia de votos entre Gálvez y la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, de la Coalición Seguimos Haciendo Historia, quien arrasó con el 59% de los sufragios.
El presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) no se quedó callado ante las acusaciones del PAN. En su conferencia matutina en Palacio Nacional, López Obrador deseó buen camino a la oposición y les recordó que tienen todo el derecho de impugnar, aunque les sugirió que mejor siguieran adelante.
“Tienen todo su derecho (de impugnar). Yo les recomendaría, ya dije que no debo andar dando consejos, por eso mejor no les recomiendo nada, les diría yo que sigan su camino”, comentó.
AMLO fue categórico al afirmar que la elección del domingo fue “la más limpia y más libre que ha existido en la historia del país”. Además, señaló que la oposición debe hacer una profunda revisión de su estrategia y aceptar que subestimaron al pueblo de México.
El presidente fue enfático en la necesidad de la autocrítica dentro de la oposición. Sugirió que los líderes opositores deben reflexionar y comprender los motivos detrás de su fracaso, en lugar de caer en la autocomplacencia.
“No caer en la autocomplacencia, es muy importante la autocrítica, es muy importante saber rectificar, es de sabios cambiar de opinión. Entonces, vivimos en un país libre y no tenemos nada qué temer, tenemos nuestra conciencia tranquila”, aseveró.
Con un margen de más de 30 puntos, la impugnación del PAN parece, para muchos, una medida desesperada. Aun así, los equipos jurídicos del partido ya están revisando las actas electorales para encontrar posibles inconsistencias. La impugnación, anunciaron, será presentada formalmente en los próximos días.
Mientras tanto, la narrativa oficial del bloque opositor se centra en la supuesta ilegitimidad de la contienda, una postura que, aunque criticada por muchos, refleja la tensa y polarizada atmósfera política del país.
En definitiva, la decisión de impugnar esta elección no solo abre un nuevo capítulo de confrontación política, sino que también pone de manifiesto las profundas divisiones y desafíos que enfrenta la democracia mexicana en la actualidad.