El nombre de Tomás Zerón ha quedado grabado en la historia por su papel en el caso Ayotzinapa. Aquel trágico suceso ocurrido el 26 de septiembre de 2014, que enlutó a México y conmocionó al mundo entero por la desaparición de los 43 jóvenes estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa, Guerrero.
Hoy en día, Zerón está prófugo de la justicia. Es uscado por su presunta implicación en la creación de la llamada “verdad histórica”, una narrativa que se construyó sobre fundamentos de tortura y manipulación de pruebas.
Uno de los elementos más oscuros de esta historia es la tortura física y psicológica infligida a personas durante las investigaciones. Se ha revelado que esta práctica cruel fue utilizada como parte de la estrategia para obtener información y declaraciones, manchando así la integridad del proceso de búsqueda de la verdad.
Tomás Zerón, quien enfrenta cargos de tortura y alteraciones de pruebas en el caso Ayotzinapa, ha encontrado refugio en Israel, eludiendo la justicia mexicana.
Las acusaciones en su contra son serias y contundentes. Se le atribuye la tortura de Felipe Rodríguez Salgado, conocido como ‘El Cepillo’, supuesto miembro del grupo delincuencial Guerreros Unidos. Además, se le señala como el artífice detrás de la creación de la “verdad histórica”.
Uno de los momentos críticos que destapa su involucramiento es el descubrimiento de pruebas manipuladas. Las diligencias realizadas en el Río San Juan. municipio de Cocula, en 2014 revelaron la colocación previa de bolsas de plástico en el lugar donde se encontraron restos óseos de uno de los estudiantes desaparecidos. Esto arroja serias dudas sobre la transparencia y la integridad del proceso investigativo.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) documentó numerosas violaciones de derechos humanos en relación con el caso, incluyendo detenciones arbitrarias y tortura en al menos 34 casos.
A pesar de los esfuerzos para presentar a Zerón como perseguido político, las autoridades mexicanas han solicitado a Israel su extradición. El Estado mexicano sostiene firmemente que la protección de un individuo acusado de tortura va en contra de los principios fundamentales de la justicia y los derechos humanos.
El caso de Tomás Zerón es un recordatorio sombrío de cómo la manipulación de pruebas y la tortura pueden distorsionar la búsqueda de la verdad y la justicia. La sociedad espera que la colaboración internacional en su búsqueda y el compromiso con la verdad prevalezcan sobre cualquier intento de evadir la responsabilidad.