La figura de Revocación de Mandato promovida, aprobada y convertida en ley en tiempos de la Cuarta Transformación, es un instrumento verdaderamente democrático con el que se podrá recoger la opinión de la ciudadanía sobre un tema muy importante. Lo que se preguntará durante cada sexenio, si es que es solicitado por las y los ciudadanos, será:
“¿Estás de acuerdo en que a (nombre), presidente/a de los Estados Unidos Mexicanos, se le revoque el mandato por pérdida de la confianza o que siga en la Presidencia de la República hasta que termine su periodo?”
La patria hoy hace un llamado a las y los mexicanos para que salgan y sean partícipes de este ejercicio de democracia participativa impulsado por la 4T.
Esto es algo inédito porque antes no se consultaba a la ciudadanía, hoy sí.
Es inédito por el hecho de que la participación de los mexicanos que están fuera de México es ya una realidad.
Para quienes apoyamos la 4T, también es un motivo de orgullo el que la consulta de Revocación de Mandato sea estrenada con la renovación del gobierno de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el presidente más popular que ha tenido México en varias décadas.
Hay que mencionar también que la Revocación de Mandato está siendo menospreciada por aquellos que siempre han menospreciado al pueblo.
O sea que no es nada raro que hoy estas mismas personas vengan a desestimar una figura verdaderamente democrática como ésta.
Una de las excusas ridículas de los que llaman a AMLO “dictador”, es la de que debe terminar su mandato para el que fue electo y no someterse a una consulta que no vale la pena, ya que el único objetivo, dicen, es “promover su imagen personal”.
Si poca gente participa en la consulta, los del bloque conservador dirán que a nadie le importan las locuras del “dictador”.
Si la opinión de la gran mayoría es a favor de la ratificación (potencialmente es lo que va a ocurrir), dirán que se hizo trampa; si todo sale muy bien el día la jornada, dirán que es una “cortina de humo”.
Aunque, en realidad no nos debe de importar mucho lo que diga el conservadurismo, porque hagan lo que hagan siguen siendo una minoría electoral y moralmente derrotada.
No cabe duda, siempre y cuando exista la 4T, dentro del conservadurismo más rancio (incluyendo instituciones como el INE o el TEPJF) seguirán boicoteando todo aquello que proponga el bloque mayoritario progresista que hoy encabeza AMLO.
Al actual Presidente de la República le quedan aproximadamente tres años para concluir su mandato.
Por lo que los conservadores tienen todavía un buen tiempo para seguir estando amargados.
En conclusión, la 4T sigue avanzando, AMLO sigue brillando y el pueblo lo sigue respaldando. Nos vemos en las urnas.
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